MADRID.- Brasil se convirtió en el primer campeón del siglo XXI merced a una impresionante cosecha de éxitos, que comenzó con la medalla de oro en la Liga Mundial y concluyó con el segundo puesto en la Copa de Grandes Campeones.
La exquisita trayectoria de las selecciones brasileñas masculinas de vóleibol arrancó el 30 de junio, en el pabellón Spodek de Katowice (Polonia). Los jugadores que entrena Bernardo Rezende, "Bernardinho", se plantaron en la gran final de la Liga Mundial y pusieron fin, de un modo arrollador, a tres años de reinado consecutivo de los italianos (3-0).
Una derrota en diecisiete partidos (ante Estados Unidos, en la fase preliminar) fue el único tropiezo de los brasileños en la duodécima edición de la Liga Mundial.
El 19 de agosto, y nuevamente en tierras polacas, el equipo juvenil brasileño se alzó con el oro en el Mundial. Mes y medio más tarde (el 30 de septiembre, en la República Dominicana), la selección junior emulaba a sus compañeros y obtenía una nueva medalla de oro en el Mundial de esa categoría.
A todo ello, los hombres de "Bernardinho" prosiguieron su racha de éxitos con el triunfo en el campeonato sudamericano y en la Copa América. Y, las mujeres aportaron también dos importantes triunfos a su país: el Sudamericano y el Mundial Junior.
Sólo Cuba, en la Copa del Grandes Campeones, que se disputó en Japón el pasado mes de noviembre, consiguió privarles de un nuevo título y les relegó al segundo puesto.
Venezuela cambia la cara sudamericana
Para las restantes selecciones masculinas, fue un año plagado de enormes altibajos. Yugoslavia, que estrenaba el título olímpico conquistado en Sydney, saldó la temporada con el triunfo en el Europeo y la tercera plaza en la Copa de Grandes Campeones.
Cuba, con el retorno del maestro Gilberto Herrera al banquillo, pagó su falta de acoplamiento en Katowice (quinto puesto), pero en la recta final del año mostró su enorme potencial ganando el campeonato NORCECA y el oro en la Copa de Grandes Campeones.
El balance de Argentina, inmersa en los preparativos del Mundial 2002, que se disputará en su país, ha sido muy discreto. La decimotercera plaza en la Liga Mundial, con solo dos encuentros ganados, habla a las claras.
La medalla de plata en el Sudamericano, el bronce en la Copa América y el sexto puesto en la Copa de Grandes Campeones, de la que se despidieron sin conocer el triunfo, integran su bitácora.
La trayectoria de Venezuela, por su parte, ha sido una de las notas más destacadas de los participantes sudamericanos. Los venezolanos, en su primera aparición en la Liga Mundial, ofrecieron unos encuentros espectaculares y su juego destrozó en ocasiones a selecciones tan experimentadas como la rusa o la griega. Su tercer puesto en el Mundial Junior le augura además un futuro esperanzador.
Italia, triple campeón mundial, fue uno de los grandes derrotados del año. Los jugadores de Andrea Anastasi perdieron su hegemonía en la Liga Mundial y en el campeonato de Europa. A ello se sumaron además las competiciones de clubes. El París Volley francés les privó también de sus trofeo más preciado: la Liga de Campeones.
En categoría femenina, Estados Unidos reapareció con enorme fuerza en el panorama internacional. Un inesperado triunfo en el Gran Premio Mundial y, sobre todo, en el torneo NORCECA, en el que arrebataron el título a la selección cubana, fueron sus mayores triunfos.