MELBOURNE.- La entereza del australiano Lleyton Hewitt, número uno del mundo, se pondrá a prueba a partir del lunes en el primer Grand Slam de la temporada en Melbourne, donde el jugador de Adelaida llevará sobre sus hombros la responsabilidad de ser el primer favorito de esta nacionalidad después de 26 años.
Desde que el mítico Ken Rosewall lo fue en 1976, ninguna raqueta "aussie" ha merecido esta distinción. Le llega el turno ahora a Hewitt y no en su mejor momento, pues un inoportuno sarampión durante la Copa Hopman le detuvo en su preparación para el Abierto de Australia y hace falta saber si su recuperación es óptima.
Con Patrick Rafter fuera del cuadro al cumplir su promesa de retirada el público local vibrará con el de Adelaida, el campeón del US Open y el primer australiano y más joven jugador en la historia (20 años y 10 meses) en acabar el año como número uno del mundo.
Quizá esta presión le pueda y sea la ocasión del brasileño Gustavo Kuerten para recuperar el cetro, aunque al tricampeón de Roland Garros nunca se le dio demasiado bien el "rebound ace" australiano, donde, eso sí, hizo su entrada por primera vez en un cuadro grande (1997) y ganó su primer partido.
El tenis latinoamericano estará representado por solo tres cabezas de serie: Gustavo Kuerten (2) y el argentino Guillermo Cañas (12) en el cuadro masculino, y la argentina Paola Suárez (27) en el femenino. Destaca la ausencia en esta lista del chileno Marcelo Ríos, finalista en 1998, pero ahora el zurdo de Santiago ocupa el puesto 55 del mundo.
La actuación de Cañas, que obtuvo el segundo título de su carrera la pasada semana en Madrás (India) y la de su compatriota Juan Ignacio Chela en Sydney, donde perdió la final ante el suizo Roger Federer, han sido la mejor de todos. El primero, vencedor en Casablanca y finalista además en Stuttgart, Rosmalen y Viena el pasado año, ya mostró en el 2001 su polivalencia a cualquier tipo de pistas, aunque ahora le falta exhibirla en las de "rebound ace" del Centro Nacional de Tenis.
Chela por su parte, ha vuelto al circuito con fuerza después de aceptar la sanción de tres meses de la ATP tras dar positivo por metiltestosterona.
Este año volverán algunos clásicos, como los españoles Alex Corretja y Albert Costa, que en el 2001 renunciaron a esta cita para preparar mejor el resto de la sesión, y Arantxa, finalista en 1994 y 1995, que también al igual que ellos decidió reservarse. En su caso, su vuelta se produce con la veteranía de sus 30 años y el dulce sabor de boca del título de la Copa Hopman, conseguido recientemente, por segunda vez en su carrera, junto con Tommy Robredo, una realidad ya del tenis español.
No obstante, La baja de Juan Carlos Ferrero, ganador de cuatro torneos en el 2001 y semifinalista del Masters, marcará el torneo para los españoles. Una lesión en la rodilla le ha apartado de la competición australiana, y de rebote el que ha salido favorecido es el joven Robredo, que partirá como el 32 favorito.
El primer Grand Slam de la temporada no podrá contar con la número uno del mundo, la estadounidense Lindsay Davenport, que está lesionada en su rodilla derecha. La ganadora del 2000 y finalista el pasado año se perderá esta edición y cederá su puesto esta misma semana a su compatriota Jennifer Capriati, la defensora del título. Esta baja, y la de la yugoslava Jelena Dokic, serán las más importantes del cuadro femenino.
Habrá tres esperados regresos al circuito, el de la francesa Mary Pierce, ganadora en 1995 y finalista en 1997, si sus últimos problemas se lo permiten, el de la ex número uno Martina Hingis, vencedora en tres ocasiones y finalista en las dos últimas, que vuelve después de tres meses de baja por un tobillo, y el de la rusa Anna Kournikova, venerada por el público australiano, apartada de las pistas desde hace ocho meses por un problema en el pie.
El estadounidense Andre Agassi, defensor del título y tres veces ganador, se mantiene al acecho, pues sus comienzos de temporada son siempre fulgurantes.
Y en la sombra y con Tom Gullikson como nuevo entrenador, el ex número uno del mundo Pete Sampras trabaja con el deseo de romper su mala racha en el Grand Slam (no gana un grande desde Wimbledon en el 2000). Vencedor en dos ocasiones, el de Washington todavía parece tener algo que decir a los mejores.