BUENOS AIRES.- A palos murieron todos los fantasmas que amenazaron el triunfo del primer campeón chileno del Abierto de Viña. El 7-5, 2-1 y retiro, en favor del chileno; se estructuró porque cada vez que pesaba un punto de quiebre sobre Fernando González, apareció un saque ganador o uno de los once aces que demolieron antes de tiempo al español Galo Blanco.
Al mejor estilo de los grandes sacadores del circuito, González combinó su terrible derecho con una gran cantidad de errores no forzados y dobles faltas. Y es que, sobre todo en Argentina, el que no arriesga no gana.
Galo Blanco, en tanto, se limitó a devolver los balazos de González, pero nunca tuvo el control de los puntos, lo que le significó una sobrecarga de trabajo que terminó por hacerlo retirarse cuando se dio cuenta que necesitaba mejores armas para vencer al santiaguino.
Tuvo sus chances el español, pero cada vez que gozó de un break point recibió un ace de parte de Fernando. Y en cuanto a los dos servicios que pudo quebrarle al tenista de La Reina, este, aplicado, devolvió con sendos juegos perfectos. Blanco no pudo ganar un solo punto cuando le quebraba al chileno, lo que finalmente declinó su opción sicológica y físicamente.
Fernando González se encontrará el jueves con el joven argentino David Nalbandián, que en primera ronda venció 6-4 y 6-2 a Albert Montañés.
