CALAMA.- Cobreloa se estaba durmiendo peligrosamente en su típica siesta del desierto, apenas con el solitario gol de Gómez (un tempranero cabezazo a los tres minutos) que no le daba tranquilidad. Tan poca, que Holsen, la mejor figura de Alianza de Lima, se perdió el empate recién empezado el segundo tiempo.
Pero en seis minutos, se desató la tormenta en Calama, en la que mucha culpa tuvo la fundición de Alianza, que a los quince minutos del complemento dejó que las piernas se murieran.
Una aparición de Madrid, un penal de Cornejo y un derechazo de Galaz terminaron en seis minutos con cualquier intento limeño por equilibrar el partido. Sin piernas, Mele volvió a ser espectador, la defensa loína se dio maña para adelantarse y era cuestión de ser paciente para esperar que cayera otro gol a la canasta.
Fue Galaz, a los 73', el que cerró la cuenta. Y no es que Cobreloa brillara sin contrapeso. Jugó el mejor partido de la temporada, pero ante él tuvo a quizás el peor elenco, aquel que se quedó sin piernas y que vaya a saber uno con qué fuerzas será capaz de llevarse el saco de goles hasta Perú.