MOSCU.- Los dieciséis clubes de la liga rusa de fútbol disputarán este viernes la primera jornada de esta temporada en campos helados o de barro, condición que dictan el clima y el calendario del campeonato "primavera-otoño".
Los expertos y la afición coinciden en que el Spartak de Moscú, nueve veces ganador en las diez anteriores competiciones, de nuevo se perfila como favorito indiscutible, sobre todo tras reforzar considerablemente su plantilla durante las vacaciones de invierno.
La afición ya está acostumbrada a la presencia en clubes rusos de futbolistas brasileños, africanos y de varios países de Europa del Este, pero esta vez el Spartak consiguió contratar por tres años al internacional Marco Villaseca, primer chileno en el fútbol ruso.
"Fui recibido muy bien por mis nuevos compañeros", dijo a EFE el ex mediocampista de Colo Colo y la selección chilena, quien 36 horas después de llegar a Rusia se entrenó ya dos veces con el Spartak.
"Tengo que estar aquí diez días para pasar un chequeo médico y participar en un par de entrenamientos, y el próximo día 14 me iré a Santiago para arreglar asuntos pendientes", dijo Villaseca.
El mayor problema del nuevo jugador del Spartak es el idioma, pues el único futbolista del club que habla español es el ex jugador del Racing de Santander Vladímir Beschastnij, con quien comparte habitación en la concentración del equipo.
"El Spartak representa a Rusia en la Liga de Campeones, un torneo de gran prestigio para cualquier futbolista", dijo Villaseca al explicar por qué aceptó la invitación del club ruso cuando tenía ofertas de otros equipos europeos.
Además, Oleg Romantsev, entrenador del Spartak, completó el cuadro de su equipo con el fichaje del defensa brasileño del club Vitoria Moisés Moura Pinheiro, de 22 años, y dos jóvenes delanteros rusos, Dmitri Sichov y Alexandr Danishevski, ambos de 18 años.
Según una encuesta entre los capitanes de los 16 equipos de la liga rusa, las posibilidad del Spartak de hacerse con su décimo título se valoran en un 53 por ciento, mientras que las del Lokomotiv de Moscú, el "eterno segundo", se estiman en 28 por ciento.
Otra novedad de esta liga que no puede dejar de alegrar a los millones de aficionados rusos es el "histórico" acuerdo firmado esta semana por la Federación y la cadena de televisión estatal RTR que compró los derechos de transmisión del campeonato.
Por primera vez en los diez años de la historia de la liga rusa, fundada tras la desintegración de la URSS en 1991, la mayoría de los partidos serán transmitidos en directo a todo el país.
Los dirigentes del fútbol ruso esperan que con el aumento de los honorarios de los jueces, comparables ahora con las remuneraciones de sus colegas europeos, será posible erradicar el problema de la parcialidad de los arbitrajes.
Las normas establecidas para esta temporada prevén pagar por cada partido oficial del torneo 45.000 rublos (unos 1.500 dólares) a los árbitros de campo, y 25.000 rublos (poco más de 800 dólares) a los asistentes.
Pese a que a comienzos de marzo en Rusia no es posible jugar un "fútbol normal", mañana miles de hinchas de Moscú llenarán las gradas del Estadio Olímpico de Luzhnikí y el Dinamo para presenciar el estreno del campeonato.
El Spartak medirá fuerzas con el Rostselmash, de la ciudad sureña de Rostov del Don, y el Lokomotiv, el segundo club ruso de la temporada pasada, jugará ante el Alania, de la república caucasiana de Osetia del Norte.
"Campos sin hierba convertidos en lodazales, serrín y arena sobre el hielo y jugadores condenados a exponer su potencia física en vez de su calidad técnica, son las características típicas del fútbol ruso de primavera", comentó el diario Sport Express.
Con todo, la liga, cuyos últimos partidos se celebrarán en noviembre en condiciones parecidas por coincidir con un otoño de frío, lluvias y nevadas, empieza su nuevo maratón que suscita interés especial, ya que Rusia jugará en el Mundial de 2002.
