RIO DE JANEIRO.- Una semana después del Gran Premio de Brasil de Fórmula 1, el "rey" Pelé intentó explicar hoy en el sitio web "Pelé.Net" la distracción que le impidió bajar la bandera, como había sido acordado, a la llegada de los vencedores.
"Había arreglado con la Petrobrás, uno de los patrocinadores del GP, que yo recibiría instrucciones del director de la prueba, pero sólo logré librarme de los autógrafos y saludos poco antes de la vuelta final", narró Pelé.
Hablando en tercera persona como suele hacerlo, como si Pelé fuera un personaje de Edson Arantes do Nascimento, observó que "la gente no se imagina la locura que ocurre en torno a Pelé en lugares llenos de gentes, como ocurrió en (el autódromo de) Interlagos", manifestó.
"Cuando me bajé del palco de Bernie Eclestone, Carlos Montagne, el director de la prueba, me llevó corriendo a la plataforma donde se baja la bandera pero, al llegar, su receptor de intercomunicación empezó a fallar y, cuando me llamaba para confirmar que era la última vuelta, Michael y Ralf Schumacher pasaron volando a mis espaldas", contó Pelé.
"Siempre me sorprende cómo los menores incidentes que envuelven a Pelé tienen una repercusión desmesurada en el Brasil y en el exterior; pues ya pasó una semana y el tema sigue en la boca de todo el mundo", comentó.
"Inmediatamente supe que tendría que aguantar bromas de todo el mundo y hasta me imaginé el cuadro que haría la gente de Casseta & Planeta (un popular programa cómico) y pensé que podría decir que me quedé esperando la llegada de un piloto brasileño. Pero si eso fuera verdad, estaría esperando hasta hoy", comentó con humor.
Pelé terminó recordando que en su carrera como futbolista tuvo que jugar cuatro veces como golero, para sustituir al titular lesionado, pero jamás le hicieron un gol.
"Pero ahora llevé dos goles, uno de la Ferrari y otro de la Williams, y fueron dos golazos, pues en la recta de llegada los bólidos alcanzan los 300 kilómetros por hora", agregó.