BUENOS AIRES.- El árbitro argentino Angel Sánchez, herido la noche del martes por un objeto arrojado desde los graderíos en el partido entre el Cobreloa chileno y el Olimpia paraguayo, de la Copa Libertadores, afirmó hoy que sufrió "un susto importante".
Sánchez fue agredido cuando se retiraba a los vestuarios tras jugarse los primeros 45 minutos del partido de ida de los octavos de final de la Libertadores, jugado en Calama, que estaba empatado a un gol y fue suspendido por el veedor de la Confederación Sudamericana de Fútbol (CSF), Alvaro Castro.
"Nadie esperaba esta agresión. Era un partido sin inconvenientes. El estadio vivía una fiesta con una banda musical en las tribunas. No había ningún motivo para que ocurriera esta agresión que, según me contaron, fue de una moneda arrojada con una gomera (tirachinas)", dijo Sánchez a la emisora Radio la Red, de Buenos Aires.
"El partido había sido limpio, entretenido, sin jugadas polémicas ni expulsados", comentó el árbitro argentino, que participará en el Mundial 2002.
El árbitro, que estuvo unos cinco minutos desvanecido, se repuso durante la noche en el Hospital del Cobre, de la ciudad de Calama, a 1.564 kilómetros al Norte de Santiago, donde los médicos comprobaron que la herida que sufrió era superficial y le dieron de alta.
"Tuve escalofríos", dijo Sánchez al comentar lo que sintió al ver por la televisión la repetición de las imágenes del incidente.
"Las imágenes asustan bastante, por eso fue importante la gente que me ayudó a mantener tranquila a mi familia y a mis amigos, que se asustaron muchísimo", comentó.
Sánchez será mañana, jueves, árbitro asistente en el partido entre el equipo de la Universidad Católica de Chile y el Sao Caetano brasileño, que se disputará en el estadio San Carlos de Apoquindo, en Santiago.