TOKIO.- El comité japonés organizador del Campeonato Mundial de Fútbol 2002 (JAWOC) anunció hoy que están a punto los preparativos de infraestructura y las medidas de seguridad para el certamen mundial que se celebrará junto a Corea del Sur y que se inaugurará en Seúl, la capital surcoreana, dentro de un mes.
Los encuentros se disputarán en diez sedes de cada país y los escenarios japoneses serán Yokohama, Sapporo, Miyagi, Niigata, Ibaraki, Saitama, Shizuoka, Osaka, Kobe y Oita.
En medio de un largo estancamiento económico muchas de las regiones han construido estadios nuevos, como el de Yokohama, que celebrará el partido final y alojará 72.300 espectadores, mientras que otras se han limitado a reformar instalaciones existentes.
El presupuesto calculado solo en Japón es de 4.500 millones de dólares, tres veces más que el de Francia’98.
Según el vicesecretario de JAWOC, Junji Ogura, la extraordinaria inversión se debe al alto coste de adquisición de los terrenos para los estadios.
El primer mundial de fútbol del siglo XXI, el primero en Asia y el primero que celebran de forma conjunta dos países, espera una asistencia de 2,7 millones de visitantes.
De los 1.350.000 de entradas asignadas a Japón se han vendido ya los 675.000 destinados a la venta dentro del archipiélago y, según fuentes periodísticas, se han vendido unos 575.000 de las asignadas fuera del país.
A la complicación logística de desplazar los 32 equipos participantes en veinte sedes situadas en dos países de idiomas diferentes se suma, desde el 11 de septiembre pasado, la necesidad de rigurosas medidas de seguridad.
Los organizadores han recomendado acudir a los estadios al menos tres horas antes del comienzo de los partidos, situados en algunos casos a casi una hora de la estación del ferrocarril, debido a los controles de seguridad que habrá que pasar y han advertido que quienes no cooperen con el personal de seguridad podrán ser expulsados de los estadios.
Entre los actos expresamente prohibidos por la organización estará ponerse de pie sobre los asientos, entrar o permanecer en los recintos deportivos bajo los efectos del alcohol, drogas u otras sustancias, o insultar a los árbitros y jugadores.
La exigencia para los periodistas de contar con cita previa para sus entrevistas con jugadores en cualquier lugar de las instalaciones deportivas completan las reglas de los que tal vez serán recordados como los mundiales más estrictos de la historia.