SAO CAETANO DO SUL.- En tierras brasileñas la Universidad Católica acabó su aventura en Copa Libertadores, donde pese a lucir noventa minutos de buen fútbol y conseguir un gran empate a un gol, dejó pasar la clasificación en la definición por penales.
El elenco local comenzó el partido cómodo, casi sin importarle el rival que tenía al frente. Buscaban por medio de un generoso juego colectivo encontrar los espacios para llegar a la portería de Walker, pero la UC tuvo una defensa cerrada. Los brasileños se cargaron por la banda derecha, que fue cubierta con acierto por Ormazábal y Álvarez. A los 24', Anaílson marcaba de cabeza el 1-0, pero fuera de juego. La cuenta continuaba en blanco.
Al pasar los minutos, el equipo chileno le tomó el pulso al cuadro brasileño, que se fue quedando sin ideas. La presión comenzó a surgir naturalmente y los errores proliferaron en el lado local, provocando las primeras llegadas de riesgo a favor de la UC luego de los primeros 20 minutos. Ormazábal tomó la dirección del equipo ante un opaco Mirosevic, lo que junto al empeño de Rodrigo Barrera sirvió para empujar ofensivamente a los cruzados. A los 28' Norambuena lo tuvo en sus pies, pero Silvio Luiz desvió con los dedos al córner.
Cuando la UC iba en ascenso y Sao Caetano comenzaba a preocuparse, un pase largo de Serginho encontró a Aílton en plena área cruzada. El talentoso volante sólo necesitó un toque para cederla hacia el medio, donde apareció destapado Brandao para marcar la apertura cuando se cumplían los 45 minutos. Tras la celebración llegó el pitazo final, y las cabezas gachas de los cruzados se podían observar en la ida a camarines.
Pero las duchas y la charla técnica de Olmos al parecer surgieron efecto en el plantel universitario, que a la segunda fracción regresó con nuevos bríos y una presión más intensa sobre la salida brasileña. A los seis minutos del complemento (51'), Jorge Acuña puso un colocado centro sobre la cabeza de Arturo Norambuena, quien sobrepasó la fuerte marca de un zaguero brasileño para colocar el cabezazo hacia el poste izquierdo. El balón se paseó por la línea de gol, pero finalmente hizo caso al atacante cruzado y entró a la portería. El tanto, merecido al esfuerzo de la UC, marcó el fin del dominio de un equipo sobre el otro, para dar inicio a un partido absolutamente parejo.
Mientras Sao Caetano insistía en el juego colectivo, la UC resistía y apostaba al contragolpe, alimentado con los ingresos de Eduardo Arancibia y Jorge Campos. Los carrerones del "pollito", cuando llegaron al área rival, fueron una gran fuente de peligro para los locales.
Los brasileños, en tanto, no podían sobrepasar el buen cerco defensivo, que siempre estuvo atento para fabricar los fueras de juego (en total, siete para el local). Así, sin muchas ideas, prefirieron el remate de distancia para complicar a Walker y lo hicieron un par de veces, como cuando a los 81' el estadounidense dejó dando botes un remate de Senna, que luego Marco Aurelio intentó empujar, cuando ya estaba offside.
La expulsión de Marco Aurelio por falta sobre Pérez, a sólo minutos del final, no tentó a la UC a jugarse demasiado en ofensiva, ya que Sao Caetano insistía en buscar el tanto de la victoria. El pitazo final dio un respiro, momentáneao, hasta que en cinco minutos más tarde comenzara la definición desde los doce pasos.
Los primeros lanzamientos fueron de museo. Adaozinho, Miguel Ramírez, Senna, Norambuena y Marlon, se turnaron los primeros remates con muy buenas definiciones. Todo bien, hasta el turno de Segovia. El espigado quitador de la UC -de buen cometido en los 90 minutos-, envió su remate potente y al medio, pero carente de dirección, rematando el balón por sobre el travesaño hacia la galería. Cardoso aumentó la tensión al fallar su penal, pero Patricio Ormazábal no aprovechó la oportunidad para igualar y su remate a media altura fue detenido por el portero. Daniel sentenció la serie con un potente remate hacia la izquierda y ahora, al igual que sus compañeros, piensan en Peñarol y los cuartos de final.
A lo largo del partido, la UC dio lo mejor de sí, pero careció de la contundencia ofensiva para convertir en gol las buenas llegadas que se producían. Norambuena tuvo demasiada responsabilidad, pues nadie más aparecía para convertir en gol los centros de Arancibia, Campos o Barrera, o las habilitaciones de Ormazábal.
La UC apretaba a Sao Caetano y el conjunto local cedía. La clasificación realmente se peleaba en esos noventa minutos, porque en los penales, a los chilenos simplemente no les va bien.