ROMA.- Los organizadores del Giro de Italia esperan que la prueba de este año, que comienza en Holanda el sábado, será una oportunidad de limpiar la imagen dañada por el escándalo del dopaje en su pasada edición.
La presencia del corredor Marco Pantani, que evitó una suspensión disciplinaria por razones técnicas el pasado martes, agregó un nuevo elemento de controversia, incluso antes de que comience la importante prueba del calendario ciclista mundial.
El pasado año, unos 200 agentes policiales efectuaron una redada en las habitaciones de hotel de los corredores del giro en San Remo, provocando un plante de los ciclistas al día siguiente, en protesta por la medida.
La carrera se reanudó tras horas de negociaciones entre los ciclistas, directivos de los equipos y funcionarios de la prueba, pero 53 corredores y miembros de los equipos están todavía bajo investigación tras haberse encontrado ciertas sustancias y medicinas durante la redada.
El martes, Pantani recibió la luz verde para participar en el Giro de este año tras estimarse en la Federación Ciclista Italiana que no se podía imponer una suspensión inmediata por haberse dado una falla de procedimiento.
Sin embargo, dos compañeros suyos del Mercatone Uno y otros cinco ciclistas fueron suspendidos por posesión de diversas sustancias el pasado año.
Pantani, ganador del Giro y del Tour de Francia en 1998, está todavía bajo investigación por la policía en Florencia tras haberse encontrado un jeringa con insulina en el hotel donde estuvo durante la prueba el año pasado.
En el Giro 1999, Pantani fue descalificado a pesar de ir en la punta al no superar un análisis de sangre por niveles altos de hematocritos, habiendo competido en pocas ocasiones desde entonces.
La prueba recorrerá por primera vez seis países
La prueba, que por vez primera recorrerá este año seis países europeos, comenzará en Groeningen, Holanda, y luego seguirá en la localidad alemana de Munster, la belga de Liege, Esch-sur-Alzette en Luxemburgo y Estrasburgo en Francia. En todo caso, esta es la cuarta vez que el Giro comienza fuera de Italia.
La prueba de este año, que durará tres semanas y concluirá en Milán el 2 de junio, cubrirá un total de 3.334 kilómetros, con un promedio por etapa de 167 kilómetros.
Veintidós equipos, con nueve corredores cada uno, intenvendrán en la carrera, esperándose que ese número se reduzca a la mitad a su llegada a Milán. Con un trazado que se considera más fácil que el de años anteriores, la edición número 85 del Giro se espera sea muy disputada hasta los últimos segundos.
La primera etapa contrarreloj a lo largo de 10,3 kilómetros señalará los favoritos y luego dos etapas montañosas en los Dolomitas hasta Corvara (etapa 16 del 29 de mayo) aclarará las cosas en la clasificación antes de la última contrarreloj del primero de junio.
Tras el comienzo en Holanda y la vuelta a Italia con dos etapas cerca de Cuneo en la región Piamontesa, el Giro va hacia el sur para llegar al punto más meridional en la etapa décima cuando lleguen cerca de Nápoles.
Las diez etapas finales llevarán a los corredores hacia los Dolomitas antes de ir al este y acabar en Milán, el 2 de junio.
La ausencia de grandes etapas de montaña penalizará a los escaladores como Gilberto Simoni y Francesco Casagrande pero dará mayores oportunidades a los rodadores como Dario Frigo y Stefano Garzelli. Mario Cipollini, especialista en embalajes, es favorito para las etapas llanas.
Pero el favorito en la etapa prólogo del sábado en Groeningen es el belga Rik Verbrugghe, ganador de la del año pasado y quien gustará de ir primero cuando pasen a través de Bélgica en la segunda etapa.