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¿Qué diablos es la "Fevernova"?

Más precisa, pero más veloz, supuestamente más controlable a los pies de los genios, la "Fevernova" hará su estreno en una semana en el Mundial. Bajo siete llaves, los japoneses controlan los 620 balones que estarán a cargo del protagonismo de la Copa del Mundo.

23 de Mayo de 2002 | 17:03 | Patricio Corvalán C. EMOL
Había algo de magia cuando el grupo lo obligaba a uno –por ser el más chico y el más ingenuo- a cruzar la frontera de moscas y tiritas de colores que marcaban la entrada de la carnicería. Don Antonio, detrás de una vitrina que lucía cortes de filete, chuletas desbordando una bandeja y melancólicas cabezas de chancho, desmanchaba un enorme cuchillo sobre su delantal ensangrentado. Había que ser humilde, asomarse empinado sobre la vitrina, dejarse ver por los chanchos adobados y por don Antonio, blandiendo la espada.

-Esteee, don Antonio...
-...
-¿Tendría un pedacito de grasa que le sobre para pasarle a la pelota?

Nunca don Antonio dijo que no, lo que a uno –con los años- lo mueve a pensar que eran las cabezas de chancho o los enormes cuchillos los que alimentaban el miedo. Don Antonio siempre tenía un pedacito de grasa que le sobraba para pasarle a la pelota, tarea que llevaría de seguro toda la tarde, hasta que quedara brillante y blindada, incapaz de ser carcomida por los golpes de la vida.

Tantas pelotas como pedazos de carne pasaron por las manos de millones de esperanzados y esperadores futboleros de domingos por la tarde. Engrasarla era necesario para cuidar la pelota nueva, una rutina que se repitió desde que hace 2.300 años los chinos jugaban al Ts'uh Kuh –la primera reminiscencia científica del fútbol- con una bola de cuero, rellena de plumas y pelo.

Don Antonio cerró su carnicería hace ya quince años. Caminando de la mano con la primera mujer a la que besamos, se hacía casi inútil. Pero el golpe de gracia, tarde o temprano, se lo habrían dado ahora, cuando los ingenieros alemanes diseñaron la pelota que nunca más necesitaría cuero, la "Fevernova", que hará su estreno la próxima semana, durante el Mundial de Corea y Japón.

MEXICO FUE EL ADIOS

La primera vez que un partido de fútbol oficial se rindió a las bondades sintéticas fue durante la Copa del Mundo de México 1986. Obsesionados por terminar con la permeabilidad del cuero, los investigadores de Adidas diseñaron el "Azteca", la secuela del balón Tango y Tango España, con los que se jugaron los dos mundiales precedentes (Argentina '78 y España '82).

Sabiendo que con lluvia, los 445 gramos oficiales engordaban hasta casi un kilo, México '86 se jugó íntegramente con el nuevo balón sintético, una imitación de cuero que le mantenía las suaves características, pero que le permitían la absoluta impermeabilidad.

Un informe de Bayer Report 2002 narra los trabajos realizados por ingenieros de la mencionada casa deportiva para incorporar el poliuretano en la elaboración de las pelotas para este Mundial. La necesidad era una sola: hacerlo no sólo impermeable sino invulnerable a los impactos más violentos.

La Tecnológicamente, lo que diseñaron fue un balón recubierto de impramil, una materia prima del poliuretano que resiste a la abrasión y que engloba nueve capas de espuma sintáctica que, a su vez, cubren un núcleo de látex. "Es una espuma de plástico rellena de gas, compuesta por microceldillas similares y muy resistentes", según define Joachim Rduch, director de producción de Adidas y creador de la nueva esfera.

LAS PRUEBAS DE LA VERDAD

Cada uno de los 620 balones escondidos bajo siete llaves en Japón fueron testeados a través de 4.800 controles. El recelo tiene su razón. Los ingenieros afirman que sólo testeando exhaustivamente se puede asegurar la gran ventaja de esta bola: la precisa transformación de la energía.

Pensando con los pies, significa que un futbolista profesional debería ser capaz de jugar con mayor precisión, lo que –al menos hasta la hora de los ensayos- es discutido por los futbolistas.

Según el inglés David Beckham, pionero en las pruebas con "Fevernova", el balón logra sacar provecho a los pases largos, "ya que la trayectoria aérea es mucho más correcta que antes". Algunos brasileños, en cambio, afirman que el balón es "demasiado grande y liviano", aunque con los 69,4 centímetros de circunferencia y los 420 gramos esté dentro de los márgenes reglamentarios.

"Ahora es el turno de los jugadores de demostrar si somos lo suficientemente buenos con la pelota –dice el argentino Pablo Aimar-. Si disparamos desviado, seremos los únicos culpables".

En Schenfield tiene una explicación para esto. "El secreto –revela el informe de la Bayer- está en el tercio más externo, formado por una espuma sintáctica de poliuretano que alberga millones de microesferas rellenas de gas, atrapadas dentro de una pasta del mismo material. Después de cada disparo, estas microesferas hacen que el balón recupere su forma de manera más rápida, por lo que la trayectoria es muy precisa".

Tanta perfección podría incluso ser objeto de debate. Para el mediocampista brasileño Rivaldo, la pelota oficial "vuela claramente más rápida, demasiado rápida. Los arqueros no están acostumbrados a tal velocidad". Sin embargo, Oliver Kahn, arquero de Alemania, sólo critica los triángulos tricolores –"molestos para la vista", pero recalca que el balón "revolotea mucho menos que otras".

En ocho días no habrá excusas. Los 64 partidos de la Copa del Mundo se resolverán por la suerte que corra "Fevernova" en la cancha. Empiezan a correr las apuestas y los asados. Lástima que don Antonio esté, pero vaya uno a saber dónde.
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