PUSAN, Corea del Sur.- En un final emocionante y disputado, Paraguay empató ante Sudáfrica con un penal agónico para los africanos, que lograron revertir un 0-2 en contra con presión y empuje.
Paraguay tuvo todo el primer tiempo para asegurarse una jornada tranquila ante los sudafricanos, que en los 45 minutos iniciales no complicaron demasiado con un fútbol más bien definido para defenderse y contragolpear. Los paraguayos salieron al césped mundialista con hambre y vocación ofensiva, pero la buena actuación del portero Andre Arendse evitó la temprana apertura de la cuenta.
Los embates albirrojos, empujados por su figura, el atacante Roque Santa Cruz, eran resistidos también con constantes faltas en la mitad del campo o incluso más cerca de la valla africana. El juego aéreo, como es tradicional, también fue un arma recurrente para los sudamericanos y por ese medio llegó la primera anotación, cuando Roque Santa Cruz, "marcado" por Celso Ayala, anotó el 1-0.
En la segunda fracción, la actitud del conjunto sudafricano cambió notablemente, mucho más ofensivo y jugado a buscar sumar puntos. Los dirigidos por Cesare Maldini, por el contrario, optaron por refugiarse en su propio campo para cuidar los tres puntos.
Cuando los ataques de Zuma, Mokoena y Fortune ya se hacían conocidos, Francisco Arce sacó su as bajo la manga, un tiro libre impecable a los 55 minutos que confundió hasta a sus propios compañeros que esperaban el centro. El 2-0 era tranquilizador y acentuó la actitud defensiva de los paraguayos, que permitió a Sudáfrica crecer hasta convertirse en un equipo incontrolable.
La velocidad y el empeñoso juego ofensivo de Sudáfrica permitió la recuperación en el marcador, primero con un autogol a los 63 minutos de Estanislao Struway, quien desvió un remate de Teboho Mokoena.
Sudáfrica nunca bajó los brazos y en el mismísmo minuto 90, el portero Ricardo Tavarelli -reemplazante del suspendido Chilavert- botó en su área a Zuma, cobro que el juez eslovaco Lubos Michel no dudó en pitar. Quinton Fortune, volante del Manchester United, definió desde los doce pasos con potencia.
Los africanos incluso lucharon en el par de minutos restantes por la victoria, pero era demasiado tarde y el empate ya era un premio suficiente para un equipo que sólo jugó un tiempo, pero también fue un justo castigo para Paraguay, que extremó sus medidas defensivas y dejó las puertas abiertas para el crecimiento sudafricano.