BUENOS AIRES.- "La vergüenza de haber sido, el dolor de ya no ser", reza la letra de un tango que los argentinos lloraban a coro la madrugada del miércoles, aunque sólo hubo un aislado estallido de furia en Córdoba (centro del país), donde fanáticos causaron destrozos, con un saldo de 35 detenidos, tras decirle adiós al Mundial con un empate ante Suecia 1-1.
A diferencia de Buenos Aires y el resto del país, donde la eliminación fue tomada con resignación y calma, en Córdoba, la tercera ciudad del país, jóvenes que se habían reunido en cafés y en un centro comercial, rompieron botellas y vidrios en una esquina céntrica hasta que fueron reprimidos, informó la policía.
En cambio, en la capital federal, millares de trasnochados argentinos se dispersaban cabizbajos y silenciosos antes del amanecer rumbo a sus casas tras sufrir el golpe de gracia de ver a la orgullosa selección que ganó dos Mundiales en Argentina 1978 y México 1986, eliminada del torneo Japón y Corea del Sur 2002.
"Es otra tristeza para el pueblo argentino que sufre bastante ya con toda la situación que está viviendo", filosofó Silvia Barruti, ama de casa de 55 años rodeada de fanáticos desconsolados en un atestado bar céntrico, invadido abruptamente porun ambiente de velatorio.
Sergio Barriche, comerciante de 29 años, que guardaba resignado su bandera y su gorrito albiceleste, dijo malhumorado: "Gente que gana tanto dinero como estos jugadores debería poner empeño desde el primer partido y no sólo en los últimos minutos, cuando ya era tarde".
Buenos Aires volvía poco a poco a su condición de ciudad dormida después de que millares de televisores permanecieran encendidos en las casas en las que la gente volvía a la cama con el gusto amargo de una floja campaña en el Mundial, en el que la Argentina sólo le ganó a Nigeria 1-0 pero perdió con el mismo resultado el clásico con Inglaterra.
Con una sensación térmica bajo cero, no muchos aficionados se habían atrevido a desafiar el frío y salir a la calle para ver el partido en bares, restaurantes y otros locales, por lo que el ambiente en la ciudad -y en todo el país- era de silencio, tristeza y oscuridad.
En Córdoba, unos 800 km al noroeste, unos 150 fanáticos, enfurecidos por la eliminación de Argentina rompieron botellas en una céntrica avenida, hasta que fueron dispersados con balas de goma por la policía, que detuvo a 35 personas y no reportó heridos.
