Me pregunto si es que algún loco gringo habrá salido a las calles de Washington con una bandera estrellada a celebrar, o si en la zona 0 de Nueva York, devastada hace algunos meses con las penurias más grandes, hoy estaría sembrada de alegría y de llantos pero de felicidad. Me imagino que no y de hecho ya pienso en las ediciones matutinas del New York Time o del Washington Post, donde seguramente la histórica clasificación de la selección de Estados Unidos a cuartos de final será destaca en una breve noticiosa...y si es que sobra espacio.
Suena injusto, sobre todo si mentalmente me traslado a México, donde estoy seguro que todo un pueblo está llorando aún incrédulos por una de las vergüenzas deportivas más grandes de toda su historia futbolística. Y es que las esperanzas eran elevadas, sobre todo después de la excelente campaña en primera ronda que llevó al seleccionado azteca ha ser considerado como una de las gratas sorpresas del Mundial y llevó a muchos a repetir hasta el cansancio la extraordinaria evolución de su fútbol e incluso a vaticinar que esta vez podían esta peleando por los primeros lugares.
Así, México llegaba al lance con Estados Unidos como absoluto favorito y no sólo por lo que el “Tri” había hecho hasta ahora en el Mundial, sino porque las estadísticas le eran ampliamente favorables ante su novel rival...pero algo está claro, en este Mundial los favoritos siempre terminan de rodillas.
De todas maneras, quiero ser bastante claro y objetivo al señalar que México hizo todo lo posible por vencer y que definitivamente hoy no era su día, tanto así que cuando iba en desventaja por 1 a 0 en el primer tiempo, el técnico mexicano Javier Aguirre decidió reemplazar cuando recién transcurrían los 28 minutos al volante Ramón Morales por el "pájaro" Luis Hernández, con lo que apostó de inmediato a un fútbol más ofensivo con el fin de dar vuelta el marcador de forma rápida y eso ya fue un mérito.
Pero, Estados Unidos salió victorioso porque supo pararse bien en defensa, estuvo con la suerte de su lado y más encima tuvo jerarquía para definir en el arco rival concretando en las pocas veces que llegó con real peligro. Además tuvo la osadía para pararse de igual a igual, aún sabiendo que técnicamente y tácticamente eran inferiores, pero con despliegue y mucho amor propio supieron superar la dificultades y eso es muy rescatable.
En lo netamente futbolístico, Estados Unidos abrió la cuenta de forma muy tempranera, a los 7’ de la primera fracción, luego de que Reyna sacó un centro desde la izquierda para que Mc Bride apareciera de forma fantasmal en el centro de la zaga mexicana y definiera con calidad entre tres defensores.
Sin embargo el gol había sido muy de entrada por lo que siempre se notó que entre el equipo mexicano había total seguridad en que el marcador sería revertido. ¿Exceso de confianza?...quizás, aunque en ningún caso de notó displicencia por parte de los aztecas, por el contrario, siempre fueron al frente y entregaron todo lo que podían.
Pero al frente tenían a un equipo rústico pero ordenado y batallador, además de rápido y que nunca entró con miedo a la historia. Sin contar que tiene un arquero extraordinario como Brad Friedel, que quizás por defender a una selección mirada en menos ha pasado desapercibido en este Mundial, pero sus tapadas, su ubicación, su don de mando y por sobre todo su agilidad y valentía a la hora de enfrentar a los delanteros y sus remates a quemarropa. Sin duda, la gran estrella de los estadounidenses y una figura a considerar en este Mundial.
El segundo tiempo prepararía otra sorpresa. A los 65’, cuando México estaba con todo en ataque, vino un contragolpe gringo por intermedio de Lewis que llegó a la última línea y centró para que por el segundo palo apareciera Landon Donovan y conectara a de cabeza para convertir el segundo tanto norteamericano. Ahí se murió México, cambiaron las caras, se miraron todos y empezaron a comprender que el partido ya no tenía vuelta a pesar de que aún quedaban unos 20 minutos. Esto se notó con el paso del cronometro, cuando los aztecas comenzaron a perder el control y cayeron en la rudeza y en la simulación, tratando de buscar alguna falta penal que los acercara al empate, sin embargo el árbitro Vitor Melo de Portugal, de buen cometido, no cayó en la presión ejercida por el equipo azteca.
Así, terminó el encuentro con una nueva sorpresa en este Mundial que se suma a la eliminación de Argentina y Francia en primera ronda y a la gran actuación de Senegal. México se va frustrada, una vez más, pero considero que con la tranquilidad de haber hecho todo lo posible por mejorar su suerte. En tanto, Estados Unidos, enfrentará a Alemania en cuartos de final, un rival de mayor categoría y que sin duda será muy difícil de pasar...pero que importa, los gringos ya han hecho historia y además no todo está aún dicho, de hecho ya tenemos que ir acostumbrándonos a no creer en los favoritos.