YOKOHAMA, Japón.- Carente de gracia, pero efectiva y disciplinada en la cancha, la selección turca de fútbol cumple en este Mundial la mejor actuación de su historia.
Turquía inició su participación en Corea/Japón con una derrota ante Brasil, polémica por los errores arbitrales, pero después alcanzó apretamente la clasificación gracias a un empate con Costa Rica y una goleada sobre China. La resonante victoria sobre el anfitrión Japón la habilitó para pelear ante Senegal el pase a semifinales.
La fuerza turca empieza atrás, con un arquero Rostu Recber que da confianza y un Alpay Ozalan líder de una zaga tosca pero segura. Al medio brillan el talento de Yildiray Basturk y la potencia de Umit Davala, mientras Emre Boluzoglu y Hasan Sas forman una fuerte dupla de ataque.
Son jugadores fogueados. Basturk juega en el Bayer Leverkusen, Davala en Milan y Ozalan en Aston Villa, y la mayoría actúa en Galatasaray y Fenerbahce, equipos habituados al más alto nivel en el fútbol europeo.
"Nosotros sabemos que algunas personas nos subestiman, pero otras saben que nosotros realmente podemos jugar al primer nivel. Nosotros queremos jugar y encontrar nuestro sitio correcto"’, afirmó el técnico Senol Gunes, criticado al principio pero aplaudido ahora en su país.
Entre sus partidos de preparación, los turcos jugaron con Chile en Holanda y vencieron por 2-0.