OSAKA.- Parecía que el camino estaba despejado para que Senegal se convirtiera en la primera selección africana en llegar a semifinales del Mundial, pero apareció Turquía, un conjunto escondido desde las fases previas, pero que ratifica su mejor momento con un pasaje inédito a la etapa de los cuatro mejores.
Desde su debut ante Francia, Senegal había ido evolucionando para convertirse primero en sorpresa, y luego en una realidad, en un equipo con real chance de hacer historia para el fútbol africano y mundial. Pero cuando la magia y fluidez natural de su fútbol se hacía más necesaria, simplemente las ideas no surgieron de la oncena africana. El conjunto de Bruno Metsu se vio apagado, quizás cansado por las extenuantes jornadas anteriores.
Turquía, por el otro lado, fue un cuadro entero, con una presencia física impresionante que ahogó en todo momento la salida del conjunto africano. El elenco dirigido por Senol Günes arrasó la marca de Senegal por las bandas para construir innumerables centros, pero en la primera etapa no hubo suerte, pues Hakan Sukur, el veterano goleador de los otomanos, no estaba en su día. El atacante del Parma italiano nunca pudo controlar el balón, siempre apareció un segundo tarde... simplemente, su olfato falló.
La carencia de finiquito por parte de los turcos impidió su victoria en el tiempo regular. Hasan Sas fue un eterno generador de fútbol, con la velocidad y explosión que se le extrañó a Diouf y Camara por el lado contrario. Ni siquiera el regreso de Fadiga, una de las piezas vitales en el mediocampo de Bruno Metsu, significó una mejoría para un equipo muy menor al que se lució ante Suecia una fase atrás.
El primer tiempo fue especialmente pálido para Senegal, que en el complemento incluso retrasó sus líneas a la espera de controlar los ataques turcos y probar con el contragolpe. Pero el orden del once europeo y su excelente movimiento en bloque, prohibió las sorpresas en su mitad del campo.
Por momentos del segundo lapso, parecía que Senegal esperaba el tiempo extra para jugarse sus piezas y matar rápidamente a su rival con el preciado gol dorado. Así lo quiso probar El Hadji Diouf con un carrerón apenas se inició el primer suplementario, pero Turquía no estaba dormida y apretó aún más para conseguir el tanto.
Es así como apenas con cuatro minutos en el reloj, un centro por la izquierda del ofensivo Ümit Davala encontró a Ilhan Mansiz -reemplazante de Sukur-, quien con borde externo le hizo un cariño al balón para que se colara en el segundo poste del inmóvil arquero Tony Sylva. Así se acabó el sueño de los "Leones de Teranga".
Turquía ahora tendrá su revancha ante Brasil, con quien cayó estrechamente en la primera fase en un polémico encuentro. El empeñoso cuadro turco puede ser el rival más duro para los brasileños, cuya velocidad, talento y toque magistral, se topará con un muro turco que difícilmente se dejará caer.