YOKOHAMA, Japón.- Los miembros de la delegación de Brasil en el Mundial 2002 respiraron hondo hoy y recuperaron el aliento al enterarse de que Ronaldinho Gaúcho ha sido sancionado con un partido de suspensión tras su expulsión en el choque con Inglaterra, y no con dos como se temió desde el pasado sábado.
La pena mínima para las expulsiones es de inhabilitación por un partido, pero Keith Cooper, director de Comunicación de la FIFA, había dicho el sábado que la Comisión de Disciplina del organismo estudiaba la eventual ampliación de la sanción.
El anuncio de Cooper creó zozobra entre los brasileños, pero no alcanzó a conmover a los que creen improbable que una decisión de la FIFA vaya a poner en aprietos a determinadas selecciones, y en especial a la de Brasil.
Ronaldinho, una especie de mosca en la leche en el marco del devaluado fútbol que se practica en el Mundial asiático, fue expulsado en la segunda parte del partido contra los ingleses tras ceder un pase-gol a Rivaldo, que igualó transitoriamente el partido (1-1), y después de marcar con un tiro libre el tanto de la victoria (2-1).
La causa fue una falta cometida contra Danny Mills que no pareció ser intencional, pese a que, por la forma de poner la suela de su pie a quince centímetros del piso en oposición al empeine de su rival, podría haberle ocasionado a éste una seria lesión.
En primera instancia, la FIFA designó como el mejor jugador del partido a Rivaldo, cuando en realidad había sido Ronaldinho, dato en el que los brasileños creyeron observar algo más de lo que finalmente sucedió.
En este Mundial son 27 los futbolistas que han sido expulsados, de los cuales sólo fue suspendido por dos partidos el senegalés Salif Diao.
Ronaldinho Gaúcho se perderá el día 26 de junio la semifinal de su selección contra la de Turquía, pero podrá actuar en el siguiente encuentro cuando Brasil dispute la final o el tercer puesto.
Ronaldinho, o Ronaldo de Assis Moreira, jugador de 22 años del Paris Saint Germain francés, es el as que el seleccionador Luiz Felipe Scolari trajo en la manga para este Mundial.
El ex futbolista del Gremio de Porto Alegre, que ha marcado 13 tantos con la selección de Brasil, debutó como goleador en el equipo "canarinho" en 1999, en un encuentro que ganó por 7-0 a Venezuela en la Copa América de Paraguay.
El delantero, entonces con 19 años, salió al campo en los minutos finales del partido que se jugó en Ciudad del Este y en pocos instantes volvió locos a los defensas adversarios. Marcó un gol con un remate que aún hoy se recuerda como el mejor tanto de aquella competición y ese día nació una estrella.
"Fue ahí que comenzó mi carrera", comentó en numerosas ocasiones el fenomenal futbolista, cuyo ascenso planteó un problema serio para el entrenador Wanderley Luxemburgo, pues en su libreto táctico los titulares eran Amoroso y el otro Ronaldo, el astro del Inter italiano.
Fracasó con el equipo de Luxemburgo en los Juegos Olímpicos de Sydney y se abrió para él un paréntesis en el que quedó a la sombra de otros jugadores. Su desvinculación del Gremio y su traspaso al París Saint Germain se tornó un caso de película que obligó a la FIFA a batir el martillo para poner orden.
Volvió a la selección de Brasil, le ganó el puesto a Luizao y ahora es un lujo más a disposición de Scolari, que en ese aspecto no puede quejarse de su suerte.
Por la forma en que juega al fútbol y por lo que tiene para dar en comparación con los futbolistas que quedan en carrera en este Mundial, no son pocos los que se han convertido en "torcedores" (hinchas) para el partido del próximo miércoles en Saitama.