HUNGARORING.- Para el brasileño Rubens Barrichello, vencedor ayer del Gran Premio de Hungría, se terminó la fiesta y una vez conseguidos los objetivos de la escudería Ferrari, mundial de constructores y auparle a la segunda posición del de pilotos, tras su compañero Michael Schumacher, se deberá olvidar de recibir más favores.
Michael Schumacher, cinco títulos de campeón del mundo de Fórmula Uno y devorador de marcas, no parecía muy feliz al final de la carrera en la que se tuvo que limitar a seguir a Barrichello sin poder intentar adelantarlo.
En el Gran Premio de Europa, disputado en el circuito de Nurburgring, Michael Schumacher había tenido que devolver la victoria que el brasileño le había dejado en Austria, y ayer todo estaba previsto para que Barrichello venciera y conseguir así todos los objetivos de la escudería.
Ahora Barrichello cuenta en el segundo puesto con cinco puntos de ventaja sobre el alemán Ralf Schumacher y el colombiano Juan Pablo Montoya y depende ya de él mismo para conseguir el subcampeonato, así que no debe esperar ya más favores por parte de Michael Schumacher, a empezar por el próximo Gran Premio, el de Bélgica.
El circuito de Spa-Francorchamps es el favorito de todos los pilotos, por la variedad de su trazado y por el valor que tienen que demostrar para afrontar ciertas curvas sin levantar el pié de acelerador, como la bajada del "Eau Rouge" o "Blanchimont".
En Bélgica debutó Michael Schumacher, en 1991, al volante de un Jordan-Ford. En Bélgica logró un año después la primera de las 62 victorias que ha conseguido y en Bélgica ha triunfado ya en cinco ocasiones y querrá hacerlo una vez más, para ser el único que lo ha hecho en seis y sumar su décimo triunfo de la temporada, que será también una nueva marca.
Con estas premisas, salvo avería mecánica o incidente, dada la superioridad aplastante demostrada por los Ferrari F2002 parece difícil que nadie pueda arrebatar la victoria a Schumacher en este circuito, ya que lo que está claro es que Ferrari nunca va a dejar luchar a sus pilotos por la victoria.
Lo mismo se puede decir del Gran Premio de Italia, no hay nada más grande para un piloto de Ferrari que imponerse en el Autódromo Nacional de Monza y darse al final de la carrera un baño de multitud bajo el podio.
Quíntuple campeón del mundo y tres títulos consecutivos con Ferrari, Michael Schumacher, después del homenaje que le dieron sus paisanos una semana después de conseguir el campeonato, al lograr la victoria en el Gran Premio de Alemania, querrá ahora buscar el reconocimiento del público italiano en un circuito en el que ya se impuesto en tres ocasiones al volante de un Ferrari.
Como Barrichello no debe tener problemas para ser segundo tras Michael Schumacher en Bélgica e Italia y debe tener prácticamente asegurado el segundo puesto del mundial, eso dará más vía libre al alemán para intentar imponerse en las dos últimas pruebas, Estados Unidos y Japón y pulverizar así todas las marcas.
La escudería Ferrari habrá logrado así sus objetivos: primer y segundo puesto en el mundial de pilotos y primero en el de constructores; Michael Schumacher el suyo de igualar a Juan Manuel Fangio y otras muchas marcas más y además se habrá sacrificado para ayudar a su fiel escudero Rubens Barrichello.