MADRID.- El Real Madrid ofreció una exhibición con más juego que goles para vencer por 2-0 al Espanyol en la primera jornada de liga, que el equipo blanco disputó hoy ante la mirada de su último fichaje, el brasileño Ronaldo.
El equipo blanco, que jugaba su partido con un día de retraso por la disputa de la Supercopa de Europa el pasado viernes, trenzó en algunas ocasiones jugadas de ensueño con taconazos, pases de inteligencia deslumbrante y todo tipo de fantasías. Eso sí, confirmó que necesita un ariete para culminar el despliegue de talento de su línea creativa.
El que pagó los platos rotos fue el jugador que ocupó el puesto de ariete, Guti. El centrocampista reconvertido a delantero fue protestado continuamente por los aficionados blancos, y lo cierto es que falló varias ocasiones claras. El más destacado fue seguramente el argentino Esteban Cambiasso, que protagonizó un gran duelo en la medular con su compatriota Maxi Rodríguez, mientras que se entregaron a los toques de calidad Zinedine Zidane, Luis Figo, Raúl y Roberto Carlos.
El Espanyol sólo dominó en los quince primeros minutos de juego, en los que salió con fiereza pero no sumó ninguna ocasión verdaderamente destacable. El Real, en particular por el empuje de Cambiasso y la intención de Zidane, se hizo con el dominio del juego hasta adelantarse en el minuto 34 con un remate de cabeza de Iván Helguera.
Luego se acumularon las ocasiones de Guti, incluyendo un cabezazo al larguero. Pero el Real no mostró efectividad hasta que un disparo al poste de Roger -en el minuto 78- le avisó que el Espanyol podía darle un susto si mantenía su juego bonito, pero ineficaz.
Entraron en juego Fernando Morientes -ovacionado tras no marchar en la "operación Ronaldo"- y el inglés Steve McManaman, que consiguió el segundo tanto (m. 88) y puso un disparo al poste.
El choque terminó entre ovaciones y con la sonrisa en los labios de Ronaldo, que sin duda se las promete muy felices al lado del actual equipo del Real Madrid.