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González pudo haber hecho algo más

El paso a las semifinales del US Open no lo ganó Sjeng Schalken, aunque el holandés tuvo sus virtudes en la planificación y en el propósito de hacerlo, sino que lo perdió el chileno con sus irregularidades. Al final, Schalken se impuso por 6-7(5), 6-3, 6-3, 6-7(5) y 7-6(2).

05 de Septiembre de 2002 | 18:30 | Arturo León Díaz, El Mercurio en Internet
SANTIAGO/NUEVA YORK.- En un maratónico partido, el holandés Sjeng Schalken (25° de la ATP) avanzó a las semifinales del US Open tras derrotar al chileno Fernando González (28°) en cinco sets: 6-7(5), 6-3, 6-3, 6-7(5) y 7-6(2).

Si bien el marcador refleja los altos y bajos que tuvo el partido y la equiparidad que hubo por momentos, especialmente en las tres mangas que se definieron por "tie break", la verdad es que González jugó por debajo de lo que había mostrado en sus anteriores presentaciones, especialmente ante Ferrero y Clement.

Las razones, fundamentalmente, fueron dos: la planificación del holandés, sabiendo de la potencia de su rival y de sus propias debilidades, como el servicio y su derecha; pero por sobre todas las cosas, la irregularidad de González, ya que por varios pasajes del partido transitó mal posicionado en la cancha, lo que no le permitió plantarse bien como para jugar sus "winners".

Tras la primera manga, que el chileno definió en el "tie break", Schalken pasó a ser el claro dominador. Con tres quiebres en esas mangas (dos en el segundo set y uno en el tercero), el europeo se adelantó en el marcador y le endosó toda la responsabilidad a su oponente.

González respondió, no con un juego de lujo ni mucho menos, pero puso corazón, ganas de alargar el match al quinto y definitivo set. Pese a quebrar en el segundo game y ponerse 3-0, González volvió al mal camino y otra vez llegaron a la definición: otro punto para el chileno.

Iban casi tres horas de juego y por momentos pareció que Schalken moriría en el "alargue". Pero el europeo mantuvo firme su servicio, no le dio opciones a González y éste también se dedicó a jugar lo suyo cuando estaba al saque. El resultado fue un tercer "tie break".

En el definitivo, a González le tembló la mano, se apuró en varias pelotas, especialmente con su derecha, y terminó entregando el partido en una bandeja de plata, quedando la sensación que le faltó tranquilidad, como la tuvo en las manas anteriores que definió a su favor, para haberse quedado con el triunfo.

González dijo adiós al Abierto y al sueño de convertirse en el tenista número uno de Chile. Claro está que lo logrará en un par de semanas más, por juego y por el defícit que muestra su compatriota Marcelo Ríos.
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