ROMA.- El modesto Módena, con sólo un extranjero en su plantilla, aumentó la crisis de la Roma y se llevó un sorprendente triunfo del estadio Olímpico (1-2), en un partido que empezó perdiendo y en el que el equipo romano se quedó con diez jugadores desde el minuto 44 por expulsión de Christian Panucci.
La Roma no perdía en casa, en la liga italiana, desde el 19 de marzo de 2000, cuando le batió el Reggina (0-2). Ahora, en partido que ha cerrado la tercera jornada liguera, ha caído y sumado su tercera derrota consecutiva en igual número de partidos oficiales jugados (Bolonia, Real Madrid y Módena).
La Roma del técnico Fabio Capello, tras el desastre frente al Real Madrid, volvió a su clásico esquema 3-4-1-2, con la confirmación del argentino Cufré en defensa y Francesco Totti por detrás de las puntas Batistuta-Montella. Pero no le sirvió de nada.
Y eso que las cosas se le pusieron muy pronto favorables a la Roma, que se adelantó en el marcador con una pena máxima cometida sobre Totti y que él mismo transformó (m.5). En el aire no sólo se respiraba el primer triunfo romanista oficial de la campaña, sino incluso una posible goleada.
Pero la Roma, pese a dominar y controlar el balón, no tuvo empaque y según pasaron los minutos se fue perdiendo, y dejó de contar con buenas ocasiones para aumentar su ventaja.
Tanto se diluyó la Roma que en el último minuto del primer tiempo llegó el empate del Módena, también de penal. Pero, además, se quedó en diez por expulsión de un nervioso Panucci (m.44), que en sus protestas por la sanción de la pena máxima cometida por su compañero brasileño Emerson, profirió una frase que en nada debió gustar al colegiado.
El Módena se iba al descanso con el gol de penal anotado por Milanetto (m.45) y, además, con superioridad numérica. El más sacrificado de todo ello fue el argentino Batistuta, a quien en el descanso Capello sustituyó para recomponer su defensa con Sartor.
En los inicios del segundo periodo la Roma continuó imprecisa, mientras que el Módena estaba más asentado y con una línea de cinco en el centro del campo, apenas pasaba apuros. El público romanista, además, empezó pronto a mostrar su descontento y lo hizo con silbidos al otrora ídolo Montella.
Montella se fue pronto al banquillo (m.59), no sin antes haber obligado al meta visitante a una buena intervención, en un cambio bastante conservador de Capello. Y es que el técnico sacó al centrocampista Damiano Tommasi, ordenó una defensa de cuatro y dejó sólo en punta a Totti, con la ayuda en ocasiones de Cafú. Jugaba en casa, ante el ascendido Módena, con un 4-4-1. Eso sí, como única atenuante, con un jugador menos.
El Módena se sentía cómodo e, incluso, empezó a soñar con el "gran golpe". Su técnico Giovanni De Biasi decidió jugarse el "todo por el todo" y reforzó su ataque en busca del triunfo. El visitante planteaba para los minutos finales una especie de 3-4-3.
Pudo llegar el gol del Módena en el minuto 73, en un error del argentino Samuel no aprovechado por Giuseppe Sculli. El Roma, en medio del disgusto y las protestas de sus seguidores, se defendía como podía.
El gol del Módena rondaba y llegó pronto. Sculli (m.77) esta vez no falló y cruzó ante Antonioli. Era el 1-2 y obligaba a Capello a olvidar su conservadurismo. Sacó al joven Antonio Cassano (m.78) por Cafú, ante las protestas de un público que juzgaba tardío el cambio.
La Roma estaba tan nerviosa que Cassano recibió, por protestas, la tarjeta amarilla segundos después, antes de tocar su primer balón. Pudo empatar Totti (m.90), pero el capitán romanista no acertó.
Al final, pese a pasar agobios, el Módena se llevó una victoria tan merecida como inesperada antes del inicio. La Roma no estrena su casillero de puntos y ahonda su crisis.