SANTIAGO.- Los jugadores de Universidad de Chile retomaron hoy sus entrenamientos tras dos días de paralización en que se negaron a practicar debido a la falta de cancelación por parte de los directivos de los sueldos de septiembre y octubre.
Esta mañana, el plantel que dirige Víctor Hugo Castañeda llegó hasta las instalaciones deportivas del club "azul" y entrenó con miras a la próxima fecha del Torneo de Clausura local, que se disputa este fin de semana.
El levantamiento de la huelga se produjo luego de que los jugadores aceptaran los términos económicos hechos este miércoles por los dirigentes Raúl Donckaster y Fernando Braun, en cuanto a cancelar los salarios adeudados el próximo 17 de noviembre.
"De acuerdo a la información que tenemos, la solución a nuestros problemas se resolvería recién el 17 de noviembre, fecha en que nos debieran cancelar los dineros adeudados", indicó el capitán de la "U" Luis Musrri.
Sin embargo, manifestó que de no cumplirse los pagos en la fecha pactada, la situación será evaluada en el momento, tomándose medidas al respecto.
Los dineros frescos que llegarán en la segunda semana de noviembre corresponden a los que adeuda el club Feyenoord de Holanda por el pase del jugador Sebastián Pardo.
En tanto, el técnico Castañeda manifestó su respaldo a la huelga de dos días que realizaron sus pupilos.
"Los jugadores tomaron la determinación como corresponde. La idea era llamar la atención de la situación que se estaba viviendo al interior del plantel y que se ha vivido durante gran parte del año", dijo el DT.
"Sé lo difícil que fue tomar la decisión para ellos, porque ésta no es una cuestión antojadiza, ni que sea en contra del directorio, sino en contra de una situación que se está viviendo", agregó.
Una situación similar es la que se vive en Rangers de Talca, cuyos jugadores amenazaron con no presentarse este fin de semana a jugar en el campeonato local en caso de no recibir el cincuenta por ciento de los sueldos impagos de septiembre.
El Sindicato de Futbolistas Profesionales (Sifup) realizó entre agosto y septiembre pasados una huelga que se prolongó por 23 días para hacer varias exigencias, entre ellas que a los jugadores se les pague puntualmente los salarios.
La Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) aceptó la mayor parte de las peticiones y se constituyó en garante para que los clubes afiliados no tengan deudas con los jugadores.