SHANGHAI.- El número uno del tenis mundial, Lleyton Hewitt, comenzó hoy sus ansiadas vacaciones con un balance de 3,7 millones de dólares en premios ganados en 2002 y los títulos de Wimbledon y el Masters.
El australiano de 21 años, que se confirmó como el mejor tenista mundial, sólo piensa ahora en recargar las baterías por unas cortas semanas después del brillante final de temporada y a la espara de 2003.
La victoria del domingo en cinco sets en Shanghai contra el español Juan Carlos Ferrero cimentó su status en la ATP, e hizo olvidar uno de los pocos resultados flojos en su carerra: la falta de éxito en el Abierto de Australia, ante los suyos.
Pero el verano australiano llega en apenas seis semanas, y Hewitt regresará al circuito en la Copa Hopman de Perth, el 28 de diciembre. Por eso el joven millonario da ahora la máxima prioridad al descanso.
"Fue un gran alivio el ganar", dijo Hewitt luego de que un bien medido "globo" pusiera fin a la lucha contra el español. "Puedo poner las piernas an alto e irme de vacaciones. Puedo esperar".
Hewitt compartirá la alegría con su novia, la belga Kim Clijsters, que pasará la Navidad en Adelaida junto con la famlia del número uno. Ambos forman la primera pareja en ganar simultáneamente los acontecimientos finales del año, pues la belga de 19 años derrotó hace una semana en Los Angeles a la estadounidense Serena Williams en la final del Masters de la WTA.
El breve tiempo que Hewitt dejará de empuñar la raqueta le ayudará a superar el virus que va y vuelve en su organismo, y que en los últimos meses le impidió ejercitarse a fondo físicamente.
El australiano y sus médicos estiman que su sistema inmunológico puede seguir sufriendo aún los efectos de la varicela que contrajo en enero, justo ante de quedar eliminado en primera ronda del Abierto de Australia ante el español Alberto Martín.
"No estuve en condiciones de entrenar físicamente durante los últimos cuatro a seis meses", dijo Hewitt tras finalizar su maratón de casi cuatro horas contra Ferrero, remontando un 3-1 adverso en el quinto y último set. "Mi postura de batallar hasta morir me ayudó hoy (ayer) en gran manera".
Hewitt confía en un exitoso comienzo en 2003 evitando los problemas de salud que sufrió esta temporada. "Este año superé los pronósticos en contra mía y en poco tiempo logré volver. Esa fue la parte más satisfactoria del año".
"La varicela me dejó fuera de combate al comienzo. Me disgustó mucho que ocurriera precisamente en el Abierto de Australia. Pasé tres o cuatro semanas enfermo en la cama, pero la segunda mitad del año -que incluye el título en Wimbledon- fue increíble".
El joven australiano cree siempre en la victoria. Adquirió el espíritu combativo que caracteriza su juego en sus tiempos de jugador junior.
"Siempre jugué con muchachos mayores y más fuertes que yo. Busqué formas y maneras de batirlos y desde entonces no me gusta perder. Una cosa que aprendí fue el ser mentalmente fuerte".
"Yo soy muy luchador. Siempre considero cualquier punto como una pelota de partido. Puedo batir a cualquier adversario aunque vaya delante por 40-0 con saque propio".
Hewitt admitió que de vez en cuando le asusta lo mucho que ha conseguido con 21 años. Jamás esperó ganar 17 títulos, incluidas un par de Copas Masters y Grand Slams, además de ser el número uno del mundo dos años consecutivos.
"Es difícil creer lo mucho que me ha sucedido en tan joven edad. Eso me sorprende", dijo. "Esta ha sido otra semana especial en mi tenis y en mi vida".
