HAMBURGO/PARIS.- Desde el sorteo de mañana y con la disputa de los partidos de viernes a domingo habrá una guerra sin cuartel, pero en los días previos la cordialidad es la nota dominante entre Francia y Rusia, que juegan la final de la Copa Davis de tenis en París.
El primero en lanzar elogios a su rival fue Shamil Tarpishev, capitán del equipo ruso, que alabó la amplia nómina de jugadores disponibles del capitán francés, Guy Forget.
"Guy puede escoger entre cuatro o cinco jugadores de categoría. Yo tengo que contentarme con dos", dijo hoy Tarpichev, quien sueña con que Rusia gane finalmente por vez primera la "ensaladera de plata" tras dos fallidos intentos en las finales de 1994 (contra Suecia) y 1995 (contra Estados Unidos).
Para Yevgueni Kafelnikov, el mejor jugador ruso de la historia, se cierra el último capítulo. "Cuelgo la raqueta después de la final si ganamos", anunció ya el tenista de 28 años, con un palmarés de 26 títulos entre ello dos Grand Slams (Roland Garros 1996 y Australia 1999) que lo llevaron a ser el primer ruso en encabezar el ránking mundial.
Kafelnikov disputará, como su compatriota Marat Safin, no sólo los individuales, sino también el doble: Mijail Youzhni y Andrei Stoliarov no son más que suplentes por si alguno se lesiona.
Al mismo tiempo, pese a la fuerte competencia interna, el ambiente en el equipo francés sigue siendo amistoso. "Somos un equipo y nos entendemos a la perfección", dijo el ex tenista Forget, quien asumió el cargo hace tres años de manos de Yannik Noah y que desde entonces sólo encajó dos derrotas en trece partidos.
Forget también dedicó su ración de loas al rival. "Los rusos son fantásticos", afirmó.
Para los franceses, la defensa del título es como una especie de "objetivo nacional", y la fiebre de la Davis se ha apoderado del país. Las 14.500 localidades del Palais Omnisport de París-Bercy se vendieron en sólo tres días e incluso los entrenamientos atraen a mucho público.
Siete suites, cada una de 80 metros cuadrados y muy cerca del pabellón, alojan a Sebastien Grosjean, Arnaud Clement, Paul-Henri Mathieu, Nicolas Escude y Fabrice Santoro. Los rusos son algo más modestos.
Y como es habitual en los últimos años en Francia, también apareció la intervención de la policía francesa. En la aduana del aeropuerto, el médico del equipo ruso, Valeri Oshapkin, vio confiscada su maleta con medicamentos, de 25 kilos de peso. No sirvio para nada el escrito oficial del Comité Olímpico Ruso certificando que todos los preparados estaban autorizados.