ROMA.- El Inter de Milán empató en terreno del hasta ahora líder Lazio (3-3), remontando un 0-3 en contra, mientras que el Milán se mete en el liderado tras ganar en casa a la Roma (1-0), en el doble duelo romano-milanés que abrió la decimotercera jornada de la Serie A.
Dos partidos que, como fue anunciado hace días para toda la jornada, se iniciaron con quince minutos de retraso y un mensaje leído por los capitanes, como protesta de los jugadores ante la agresión de que han sido objeto alguno de ellos en anteriores jornadas.
Tras ellos, el Milán, gracias a un protestado tanto de Filippo Inzaghi (m.73), quien al parecer se llevó el balón con la mano, se sitúa como líder. A un punto queda la Lazio y a dos el Inter. La Roma, por contra, se queda muy lejos, a 12 puntos de su hoy rival.
En el romano estadio "Olímpico", el Inter del técnico argentino Héctor Raúl Cúper volvía, y ante el mismo equipo lacial, a un lugar donde el 5 de mayo, en la última jornada liguera, cedió un "scudetto" a la Juventus.
Ahora no se jugaba el título en un sólo partido, sino que estaba una Lazio y un Inter separado por un punto y deseoso de despejar su mal recuerdo haciéndose con el liderato.
El Inter corrió el riesgo de volver a irse con la cabeza bien baja, pues se encontró con una Lazio muy superior durante tres cuartas partes, con mucho más juego, y que tuvo en el argentino Claudio "Piojo" López su gran verdugo.
López picó tres veces: m.10, de penal por mano de Almeyda; m.30, en posible fuera de juego; y m.36.
Un 3-0 que ponía a tierra a un Inter ineficaz, sin ideas, que evidenciaba una total ausencia de cerebro en el centro del campo, y un ataque donde Crespo y Vieri eran dos islas nada servidas.
Y es que el Inter sufrió en exceso en defensa la rapidez de un Lazio con rápida ejecución del balón y gran movilidad en ataque, donde Claudio López y el ex-interista Corradi, apoyados por las llegadas de Stefano Fiore, volvieron locos a sus rivales.
El equipo interista, ya en campo con el uruguayo Alvaro Recoba (m.31), se fue al descanso maquillando su desventaja, en remate de Hernán Crespo que dio en el travesaño y que, tras dar en la espalda del portugués lacial Fernando Couto (m.37), se coló en la meta local. Y ello resultaría clave.
El 3-1 dio un mayor ímpetu y ambición al Inter. Pero siguió sin juego creado, a base de impulsos y oleadas. Para su fortuna se encontró con la genialidad en el disparo del turco Emre: primero, elevando sobre un adelantado meta Peruzzi, situó el 3-2 (m.66); luego, de un potente remate, ubicó el 3-3 (m.75).
El Inter había remontado un adverso 0-3, había devuelto la emoción a un partido que parecía haber quedado sentenciado ya casi a la primera media hora. Pero, sobre todo, se había dado vida y esperanza.
La Lazio, que con el 3-2 vio como Corradi envió un remate al larguero (m.71), era ahora quien estaba nervioso. De ahí que fuera el Inter quien en los minutos finales estuviera más cerca del triunfo. Pero Vieri de cabeza, en inmejorable posición, envió fuera (m.80); y Crespo mandó un remate al palo (m.85).
Al final, todo se quedó en empate. Algo que se podría prever antes del partido, pero no así durante gran parte del mismo.
En el milanés "Giuseppe Meazza", el Milán esperaba un empate en el Olímpico para, batiendo a la Roma, hacerse con el liderato. Y todo se cumplió.
Una de las novedades agradables del Milán estuvo en el banquillo, con la presencia del argentino Fernando Redondo. Tras veintiséis meses lesionado volvió a jugar hace cuatro días en la Copa Italia, debutando oficialmente como milanista, mientras que hoy, al final, los hizo en un partido de liga.
El partido fue en su primera mitad aburrido, poco espectacular y demasiado táctico, con excesiva lucha en el centro del campo y preocupación, sobre todo de parte romanista, de tapar los huecos al rival y no de crear los propios.
El Milán, además, dejaba muy solitario en ataque al ucraniano Andreij Shevchenko, único delantero nato ya que Ancelotti sentó en el banquillo a Filippo Inzaghi al no querer exponerse mucho por alinear juntos a Rui Costa, Pirlo, Seedorf y Serginho.
Así, la primera mitad, pese al control milanista no trajo consigo emoción alguna, ni ocasiones de gol. La prueba es que lo más peligroso fueron un taco de Serginho (m.3), que se fue alto, y un remate de cabeza de Shevchenko (m.6) muy centrado y ante el cual el meta Antonioli no se inmutó.
La Roma, por su parte, ni siquiera remató una sola vez a la meta rival. Su primer remate llegó en el minuto 58, cuando Cassano de cabeza envió dos metros por encima del larguero. Capello le premió seguidamente quitándole del campo y dando entrada al argentino Gabriel Omar Batistuta.
Tres minutos después, Ancelotti reforzó su peso atacante al poner en cancha a Inzaghi, retirando a Serginho, que estuvo bien marcado por su compatriota Cafú y el francés Vincent Zebina. Y el técnico milanista no pudo estar más acertado.
Justo cuando la Roma empezó a osar más y su presión dejaba en evidencia a un Milán incómodo por los cortos espacios de maniobra que le dejaban, en un contragolpe Inzaghi recibió un balón de Shevchenko y batió de disparo cruzado a Antonioli (m. 73), situando el 1-0.
Un tanto protestado por los romanistas, que pidieron mano de Inzaghi en el control del balón. Pero el colegido, Pierluigi Collina, dio validez al gol.
Pudo llegar seguidamente el segundo tanto milanista, pero Antonioli estuvo prodigioso evitó ante un remate de Shevchenko (m.76). Dos minutos después, también pudo venir el empate, pero Batistuta, a puerta vacía y casi desde el punto de penal, envió fuera el balón, evidenciando su actual nulidad realizadora.
En el minuto 84, llegó el ansiado debut liguero de Redondo, que salió por Shevchenko. Tras ocasión por una y otra parte, el triunfo y el liderato fue para el Milán.