MELBOURNE.- El alemán Rainer Schuettler hizo realidad un sueño al vencer hoy a un mermado Andy Roddick y clasificarse para la final del Abierto de tenis de Australia, donde se enfrentará el domingo al estadounidense Andre Agassi.
Schuettler se impuso por 7-5, 2-6, 6-3 y 6-3 al estadounidense, que acusó claramente el esfuerzo de su memorable partido de cinco horas en los cuartos de final ante el marroquí Younes El Aynaoui.
"Jugar la final siempre fue un sueño, pero a veces los sueños se hacen realidad. Ahora no tengo ninguna presión ante Agassi y vamos a ver qué pasa el domingo", dijo el alemán.
Schuettler, cuya mejor actuación en un Grand Slam fue llegar a octavos en Australia hace dos años, se clasificó para la final siendo el cabeza de serie número 31 del torneo.
"Jugué bien en Sydney, pero cuando llegué aquí jamás hubiera imaginado que alcanzaría la final", dijo el alemán.
"Ya estaba contento con hacer tercera ronda. Allí tuve un poco de suerte y pasé sin jugar. Luego gané en octavos y a partir de ahí cualquier cosa es posible", explicó Schuettler, que no tuvo que disputar el encuentro ante el ruso Marat Safin, tercer favorito, al retirarse éste por una lesión en su muñeca.
Jugador número tres de su país tras Tommy Haas y Nicolas Kiefer, Schuettler derrotó en su camino a la final al argentino David Nalbandian y al estadounidense James Blake, en cuartos y octavos, respectivamente.
Schuettler aprovechó inteligentemente la debilidad de su rival y lo hizo moverse de un lado a otro de la cancha desde el primer juego hasta el último.
Roddick, que el miércoles ganó a El Aynaoui por 4-6, 7-6(5), 4- 6, 6-4 y 21-19 en un partido histórico, no tuvo hoy la frescura necesaria para afrontar una semifinal de Grand Slam, además de que jugó con dolores en su muñeca producto de una caída en el duelo con el marroquí.
A pesar de sus problemas físicos, el luchador Roddick se impuso en el segundo set, pero no pudo mantener el ritmo necesario para derrotar a un rapidísimo Schuettler durante los dos siguientes.
"Fue duro, salí ahí e intenté dar lo mejor de mí", dijo Roddick, de 20 años, que sufrió intensos dolores en su muñeca durante todo el encuentro. "No iba a retirarme de otro Grand Slam. Eso no iba a suceder", aseguró.
El estadounidense tuvo muchos problemas durante todo el partido para mantener su servicio, su mejor arma, y pocas veces pudo inquietar el de su rival, al que sólo rompió el saque en tres ocasiones, una en el primer set y dos en el segundo.
"Rainer jugó muy bien. Muy inteligente. No sé si bajo circunstancias normales le habría ganado", reconoció. "En cualquier caso, no tengo nada de que quejarme en estas dos semanas. Me sucedieron cosas muy especiales y estoy contento con mi rendimieto".
Roddick no dudó en alabar las cualidades de su oponente y le concedió una posibilidad de victoria frente a Agassi: "Es sólo un partido, siempre hay una posibilidad".
Sin embargo, el mismo Schuettler ve complicado derrotar al número dos del mundo, que parece el hombre más en forma en este comienzo de temporada.
"Bueno, quién sabe, quizá coma algo en mal estado el día antes del partido", bromeó el alemán.
El Abierto de Australia es el primer Grand Slam de la temporada y reparte 10,9 millones de dólares en premios y puntos para las clasificaciones de la ATP y la WTA.
