MADRID.- El técnico paraguayo Gustavo Benítez se convirtió en el nuevo entrenador del Rayo Vallecano, tras cerrar con la familia Ruiz Mateos, propietaria del club, los últimos flecos de un contrato que le unirá hasta final de temporada con la entidad española, con opción a una más si logra la salvación, informó a EFE la directiva.
Benítez se convierte de esta forma en el sucesor de Fernando Vázquez en el banquillo rayista, destituido el pasado lunes tras la última derrota liguera ante el Real Valladolid.
La directiva descartó a última hora tras una semana de negociación, la contratación del argentino Oscar Ruggeri.
Benítez, de 49 años, llegó a España en enero de 1999 con el propósito de salvar al Racing del descenso. Tras sustituir a un técnico de la casa, Nando Yosu, situó al equipo cántabro en la decimoquinta posición y lo mantuvo en la máxima categoría del fútbol nacional.
El entrenador, nacido en la localidad de Paraguarí, cumplió así "un objetivo que siempre fue un sueño", dirigir a un conjunto europeo. "Aunque llego a un equipo chico, el nivel es muy superior al de allí (Sudamérica)", señaló al aterrizar en Santander.
Benítez llegó al Racing avalado por su trayectoria en el campeonato chileno, donde dirigió al Colo Colo en una de las etapas más brillantes de su historia. Con el equipo chileno consiguió tres ligas (1996, 1997, 1998) y una copa (1997) en las cuatro temporadas y media en las que fue el inquilino de su banquillo.
En su segunda temporada al frente del club cántabro, la 99/00, el técnico pudo trabajar bajo un proyecto propio. Con la intención de "ser uno de los protagonistas de la liga", Benítez fichó al argentino Marcelo Espina, al que ya había entrenado en Chile, y al asturiano Javier Manjarín, pero el Racing, en una campaña discreta, no pasó de la decimocuarta posición.
Al término de la temporada, el paraguayo rechazó la oferta de renovación del club santanderino, posiblemente con la intención de cumplir otra de sus grandes pretensiones profesionales, ser seleccionador de su país, cargo que aún no ha ocupado.
En su segunda temporada en el Racing, el nuevo entrenador rayista ya declaró que "era una ilusión" entrenar a Paraguay y, por ello, estaba dispuesto a irse y "cobrar menos de lo que cobraba en España". "Mi ilusión ha sido siempre dirigir a la selección y si gano cien mil dólares mensuales, estoy dispuesto a perder el veinte por ciento", afirmó Benítez.
Ocho meses después de dejar el conjunto cántabro, el 3 de marzo de 2001, Benítez retornó al Sardinero con la intención de sacar del pozo a un equipo que, de la mano de Andoni Goikoetxea y Gregorio Manzano, tenía pie y medio en segunda.
El Racing descendió, pero se le confió a Benítez la misión de ascender al equipo. El 4 de octubre fue cesado por los malos resultados cosechados, y fue Quique Setién quien enderezó el rumbo de los santanderinos y subió al conjunto a primera.
Ahora, Benítez afronta su tercera etapa en el fútbol español con la misión de realizar el mismo trabajo que cuando llegó por primera vez, impedir el descenso de un equipo "tocado" por los malos resultados.
