SAN DIEGO.- Los Raiders de Oakland han estado ya en tres versiones del Super Bowl y, como nunca antes, mañana entrarán a la cancha con el poco encomiable título de tener a algunos de los jugadores más ’’sucios’’ del fútbol americano.
Son los favoritos para ceñirse el anillo de campeones. Cuentan con una ofensiva arrolladora encabezada por el quarterback Rich Gannon, que sigue al dedillo las instrucciones del entrenador Bill Callahan, a quien le encanta mantener un ataque permanente.
Las estadísticas de la Liga Nacional de Futbol (NFL) muestran a los Raiders como los jugadores más sancionados (1.094 yardas) a lo largo de la campaña regular.
A pesar de que el fútbol americano es rudo por naturaleza y es común que cada domingo se cuenten fracturas, dislocamientos y desgarros, hay reglas que no pueden evadirse, y los Raiders están entre los que más las violan.
Salidas en falso, juego ilegal, demoras deliberadas, contacto prohibido o interferencias forman parte del arsenal del que se valen, y que les ha traido la reputación de ser el equipo más ’’sucio’’ en la historia en llegar al Super Bowl.
Pero jugadores y dirigentes creen que todo es producto de la mala fama, lo que también influye en los árbitros. El domingo pasado ante los Titans, en la final de la Conferencia Americana, los Raiders cometieron 14 infracciones.
El linebacker Bill Romanowski, que ha ganado cuatro anillos de Super Bowl con otros equipos y que es considerado el más rudo en la defensa, declaró al diario ’’The Miami Herald’’: ’’Todas las referencias del juego apuntan a una guerra. Esa es la mentalidad. No sólo te enseñan a derribar a un adversario, sino a golperlo tan duro como puedas’’.
El corner back Darrien Gordon justificó así a su compañero: ’’Para comprenderlo hay que retrotraerse a los griegos y los romanos. Tiene la mentalidad de un gladiador. Aquella era una cultura fundada en la violencia y el fútbol es nuestro deporte favorito...’’.
Los Raiders, que ganaron el Super Bowl de 1968, 1977 y 1981, son un equipo que inspira miedo, y más con jugadores como Romanowski que, a deliberadamente o no, le gusta inspirar temor y odio inclusive a su propia gente, como cuando una vez se orinó en el escritorio de uno de sus entrenadores.