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Agassi se resiste; Schuettler deja el anonimato

La proyección del alemán Rainer Schuettler, impulsado a un inesperado protagonismo sobre el escenario de una final del Grand Slam, amenaza la autoridad del veterano Andre Agassi en el Abierto de Australia.

25 de Enero de 2003 | 14:14 | EFE
MELBOURNE.- La proyección del alemán Rainer Schuettler, impulsado a un inesperado protagonismo sobre el escenario de una final del Grand Slam, amenaza la autoridad del veterano Andre Agassi en el Abierto de Australia, primera gran cita de la temporada, que el estadounidense se resiste a pasar por alto.

A sus 32 años, el jugador de Las Vegas vuelve a acaparar el papel estelar en un grande. Una sensación que todavía no ha olvidado después de su irrupción en el último partido del Abierto de Estados Unidos, donde tuvo que inclinarse ante su amigo Pete Sampras.

Agassi resiste al empuje de las nuevas generaciones y su precipitada madurez no reniega del futuro. El tenista americano, que ha implantado una notable autoridad en su trayecto por el torneo oceánico, puede convertirse en uno de los tenistas con mayor edad en ganar un torneo del Grand Slam en la historia del tenis, sólo superado por los legendarios australianos Ken Rosewall, Mal Anderson, el español Andrés Gimeno y Niki Pilic.

Pero el cuarto Abierto de Australia para Andre Agassi -sería el cuarto jugador en tener cuatro o más títulos oceánicos tras Rosewall, Roy Emerson y Jack Crawford- se topa de plano con la entusiasta aparición de Rainer Schuettler, resguardado en la escasa tensión que reporta su anonimato.

El alemán, un portento de fuerza física, está ante una ocasión histórica. Probablemente viva las horas previas a la gran oportunidad de su vida. A sus 26 años y apartado del protagonismo de las grandes citas, el tenista de Korbach, instalado en el puesto 36 del mundo, puede llevar a Alemania el tercer triunfo del Abierto de Australia tras los dos conseguidos por Boris Becker. Del último hace ya siete años.

Shuettler, que si derrota a Agassi sería el jugador en peor posición como cabeza de serie que logra un título del Grand Slam, apenas ha cruzado su carrera con la del tenista de Las Vegas. Sólo una vez el germano y el estadounidense se han encontrado. Fue en Múnich '98, en los cuartos de final y sobre tierra batida: el veterano estadounidense logró el triunfo por un claro 6-1 y 6-4.

Si el camino por las pistas del Melbourne Park del tricampeón oceánico ha sido diáfano hasta ahora, más llano aún ha sido para su adversario, sorprendentemente dominador en las primeras rondas, apartado de los encuentros maratonianos y que, ni siquiera, tuvo que esforzarse en la eliminatoria de octavos de final, cuando el cuadro le deparó un complicado compromiso ante el ruso Marat Safin, que lesionado, ni siquiera llegó a presentarse.
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