SANTIAGO/LIMA.- Si se toman en cuenta los primeros y últimos 20 minutos del partido entre Alianza de Lima y Cobreloa, el equipo chileno la estaba sacando barata en el estadio Alejandro Villanueva de la capital peruana. El argentino Nicolás Tagliani (ex Cobreloa y Colo Colo) le había dado a los locales el 1-0 y después el 2-2. Y con este último resultado, los hombres de Nelson Acosta respiraban y despejaban la pelota a cualquier lado para rescatar que fuera un punto.
Jaime González fue un buen complemento para la figura del partido, Fernando Martel.
Hasta ese momento el partido era de ida y vuelta, a ratos bien jugado por los peruanos, especialmente cuando la pelota llegaba a los zapatos de Farfán y a la cabeza de Tagliani, y en otros mejor dispuesto por la táctica de Acosta y los suyos, con una defensa liderada por Fuentes y Verón que sacaba adelante una difícil tarea.
Los goles de Martel (31' y 65') mantenían vivo al conjunto loíno. Porque el empate de visita no era mal visto, pese a que los naranjas iban por una victoria para no bajarse de la pelea por avanzar a la segunda fase de la Libertadores.
Y cuando Tapia agradecía al horizontal por salvar su portería, cuando Jaime González ya no podía más con sus calambres y cuando Martel las hacía de carrilero por derecha para cubrir espacio en su campo, un veloz contragolpe que lideró el mismo delantero terminó en gol de Cornejo.
Corría el minuto 92 y el colombiano Duque ya miraba su cronómetro para dar por terminado el partido. Y lo hizo tras el gol del triunfo chileno que hace soñar a los naranjas con un lugar en la siguiente fase.
Martel fue determinante, arriba y abajo. Sus dos conquistas, la manera de encarar, el sacrificio y su fondo físico propiciaron la levantada final y el triunfo de Cobreloa.
