SEPANG.- Los jóvenes pilotos Fernando Alonso (Renault) y Kimi Raikkonen (McLaren-Mercedes), con su primer puesto en la formación de salida y su victoria en el Gran Premio de Malasia respectivamente, han revolucionado la Fórmula Uno, anquilosada los últimos años por el dominio de Michael Schumacher y Ferrari.
En la primera ocasión en que se ha podido comprobar la influencia de las nuevas normas de la Federación Internacional del Automóvil (FIA), ha quedado de manifiesto la poca o nula influencia de las mismas en el resultado o el desarrollo de la carrera y han sido los jóvenes los que han dado vida al Gran Premio de Malasia.
Fernando Alonso, el piloto más joven desde la creación del campeonato del mundo en 1950 en conseguir el primer puesto en la formación de salida, ha sido el protagonista del Gran Premio de Malasia, ante la mirada incrédula de Michael Schumacher, que veía como le arrebataba el protagonismo el sábado por la tarde.
Las palabras del quíntuple campeón del mundo insinuando que Alonso había conseguido su tiempo con muy poca gasolina, quedaron desmentidas en la carrera del domingo, cuando se comprobó que el asturiano llevaba la misma, aproximadamente, que el resto de los pilotos, ya que todos hicieron dos paradas.
Fernando Alonso, de 21 años, y Kimi Raikkonen, de 23, dominaron la carrera de principio a fin, mientras que Michael Schumacher se pasaba de frenada en la segunda curva desencadenaba un accidente múltiple y era sancionado por su acción.
El asturiano anunció en la conferencia de prensa posterior a la carrera que después de ser el piloto más joven en lograr el primer puesto en la formación de salida ahora quiere ser el más joven en ganar un Gran Premio, para lo cual deberá hacerlo esta temporada.
Alonso, que no quiso dar mucho mérito a su empresa, dijo que lleva mucho tiempo corriendo -se montó en un kart a los tres años, y por eso ha llegado antes que otros pilotos a la Fórmula Uno, segundo debutante más joven tras el mexicano Ricardo Rodríguez.
El piloto español tenía la espina clavada de su anterior participación en el Gran Premio de Malasia en 2001, cuando partió desde la última posición de la formación de salida y fue la única vez en la temporada en que su compañero de Minardi, el brasileño Tarso Marques le superó en entrenamientos.
La llegada de Kimi Raikkonen a la Fórmula Uno, en la que debutó con Alonso en el Gran Premio de Australia de 2001 al volante de un Sauber, estuvo rodeada de la polémica.
Antes de competir en la fórmula máxima, tan solo lo había hecho en la Fórmula Renault, y directores de equipo y pilotos juzgaban que tenía muy poco bagaje para disputar el mundial y que sería un peligro para el resto.
El juicio prematuro resultó ser equivocado y Raikkonen, "el finlandés de hielo", demostró una gran madurez y no cometió ningún error.
Su paso a la escudería McLaren-Mercedes, para sustituir a su compatriota Mika Hakkinen, le dio la posibilidad de disponer de un coche competitivo y en muchas ocasiones se mostró más rápido que su compañero de equipo, el británico David Coulthard.
Ahora, en la primera oportunidad de que ha dispuesto, tras una carrera impecable logró su primera victoria en un Gran Premio y ha pasado a encabezar la clasificación del campeonato del mundo, en una temporada en la que los jóvenes como él y Alonso han puesto punto final al ultrajante dominio de Ferrari.