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Kournikova, cada vez más alejada del tenis

La rusa, que gana más dinero por publicidad y comercialización de su imagen, duda de hasta cómo pegarle a la pelota.

25 de Marzo de 2003 | 09:20 | DPA
MIAMI.- ¿Qué le pasa a Anna Kournikova? El misterio que rodea a la tenista rusa crece mes a mes, y nadie en el circuito acierta a descifrar el enigma.

Sigue siendo bella, hiperfotografiada y comercializada como ninguna otra deportista en la historia. Pero en sus inicios Kournikova fue sobre todo una gran promesa del tenis, una niña que maravillaba con su juego a los 14 años, y que con 16 llegó a las semifinales de Wimbledon y al octavo puesto del ránking mundial.

Kournikova sabía jugar al tenis. Tenía talento, técnica y físico. Hoy, con 22 años, todo parece haber desaparecido por su supuesto divorcio tras un fugaz matrimonio, por su noviazgo con el cantante español Enrique Iglesias, por el parche que oculta un tatuaje en el final de su espalda y por infinidad de temas más. Cuando se habla de tenis, en cambio, el tono es casi de burla.

"¡Ya no sabe sacar!", se asombra en diálogo con DPA una ex tenista de primer nivel que prefiere no dar su nombre. "Antes lo hacía muy bien. Es un misterio lo que le pasa. Sabe jugar, porque lo demostró en su momento, pero está bloqueada, su tenis involuciona".

"Su problema es mental, el tenis ya no es su prioridad", asegura.

El ruso Marat Safin tampoco tiene explicaciones. "Yo que sé lo que le pasa... No puedo dar opinión de mujeres porque son diferentes filosofías y nadie las puede entender", dice contundente.

"Tiene su vista en el tenis, pero también gana mucho dinero en publicidad... No sé, no sé lo que le pasa, porque juega muy bien, pero está un poco perdida", agrega el ex número uno del mundo, que pese a compartir nacionalidad con Kournikova apenas se relaciona con ella. "Aunque seamos rusos, no hablamos. Ella vive aquí, en Estados Unidos", explica.

Kournikova, 66° del ránking mundial, cayó la semana pasada en la primera ronda de Miami por 6-1 y 6-4 ante la rusa Dinara Safina, 63° de la clasificación a sus 16 años y hermana de Safin. Se trataba del primer partido de la rusa en dos meses, afectada por una lesión en la espalda tras el Abierto de Australia.

En esos dos meses fue noticia por la confesión del ruso Sergei Fedorov, jugador de los Detroit Red Wings de la liga estadounidense de hockey sobre hielo (NHL). Fedorov y Kournikova fueron novios durante un tiempo, pero el ruso se destapó hace un par de semanas diciendo que ambos estuvieron casados durante un breve lapso para divorciarse después, algo que se rumoreaba desde hace tiempo.

"Si hay gente que quiere hablar de su vida personal, esa es su elección. No es algo de lo que quiera hablar", dijo cortante Kournikova tras su derrota ante Safina.

Fedorov no tardó en responderle. "Me lo guardé (el secreto), no sé cómo, pero me lo guardé. Al menos la gente ahora se ríe, eso es bueno. No me importa si es público o privado, si ella quiere mantenerlo así, por mi parte no hay problema".

La ex tenista, que cree en el fugaz matrimonio de Kournikova ("se la vio con anillos durante un tiempo"), destaca otro problema de Kournikova: "Anna tiene mucha presión, y casi no tiene amigas en el circuito. Está muy aislada. Su única amiga era Martina Hingis, pero se retiró. Además, creo que tiene problemas con sus padres".

Alla, la madre de Kournikova -entrenadora en sus inicios- es "asidua compradora de la tienda Chanel en Bal Harbour", el centro comercial más exclusivo de Miami, asegura un fotógrafo que persigue día y noche a la pareja Kournikova-Iglesias, cuyo romance se inició durante el rodaje del videoclip del tema "Escape" en Los Angeles.

Iglesias se construyó ya hace más de un año una casa al lado de la de la tenista en Sunset Island, una de las islas para millonarios que salpican el mar en Miami. "Son adictos al sushi, se los ve en cualquier restaurante japonés que exista en Miami. Van mucho al Sohi-Sushi y frecuentan también el China Grill. Ya no se ocultan como antes", agrega el fotógrafo.

"Pasan las tardes en una lancha rápida en la Bahía de Vizcaya y pasean en la camioneta Cadillac negra que Fedorov le regaló a Anna. Antes del partido que jugó la semana pasada, Anna fue al estacionamiento a esperar la llegada de Enrique. Están muy enamorados", asegura.

Ni siquiera la propia Kournikova acierta a responder qué le sucede, aunque tras su derrota ante Safina dejó claro que ella también busca una respuesta. "Cuando eres joven juegas sin pensarlo dos veces. Es lo que se supone que debes hacer. Pero ahora, con los años me pregunto: ¿Qué hago acá?. ¿Realmente quiero hacer esto?. Está todo en mi cabeza... Es raro".
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