MILAN.- Inter de Milán y Roma sellaron con un emocionante empate (3-3), un partido que cierra la vigésima séptima jornada de la Liga italiana.
El final fue muy emocionante, ya que en el mismo llegaron con dos minutos de distancia los dos goles que dieron el empate al equipo romano y que reduce a los interistas su sueño de ganar el título.
Los goles fueron anotados por Christian Vieri (m.52), el uruguayo Alvaro Recoba (m.52) y el turco Emre (m.77), por el Inter, y por Antonio Cassano (m.46), un autogol de Di Biagio (m.82) y Montella (m.84), por el Roma.
Un empate que deja al Inter de Milán a cinco puntos de distancia del líder, Juventus, y que mantiene al Roma en una posición de "tierra de nadie", alejada incluso de la zona Copa de la UEFA.
Al Inter de Milán la victoria era su único resultado posible si no quería alejarse en exceso del líder. Y la tuvo muy cerca, pese a disputar un mal primer tiempo y ver como nada más iniciar la segunda mitad se vio por debajo en el marcador.
Héctor Cúper, técnico argentino del Inter, de salida no quiso añadir "morbo" al partido y dejó en el banquillo del Inter al argentino ex-romanista Gabriel Omar Batistuta, calificado en los último días por Franco Sensi, presidente del Roma, como de "acabado". También reservó a su recuperado goleador y compatriota, Hernán Crespo.
El Roma salió más atento, con una fuerte presión y mejores apoyos. Jugaba arropado y cerraba mejor los espacios, lo que le permitía robar balones y lanzar su rápido contragolpe.
Y su capitán y estrella, Francesco Totti (m.15), dio el primer susto al rival, enviando fuera por poco un balón junto al travesaño tras ver adelantado a Toldo.
El Inter, también inferior a la hora de filtrar en la medular, intentó contrarrestar sus consabidas carecías de creación de juego con la búsqueda de las bandas, en especial la derecha del portugués Sergio Conceicao. Pero el Roma no se lo permitió al interpretar mejor el partido.
El conjunto de Cúper apenas inquietaba la meta romanista y dejaba demasiado sólo en punta a Vieri, pues ya que el uruguayo Recoba arrancaba más desde el centro del campo.
Tuvo que ser una excelente acción personal del suramericano (m.23) la que estuvo más cerca de adelantar en el marcador al Inter de toda la primera mitad.
La primera mitad la verdad es que fue de más a menos en cuanto a espectáculo. Pero todo cambió tras el descanso. Apenas cumplidos los treinta segundos, un "punterazo" de Cassano desde el borde del área situó el 0-1 ante la inútil estirada de Toldo.
El tanto dejó tocado al Inter y, apenas tres minutos después, Totti no llegó a un centro de Delvecchio que podría haber sido la "puntilla" para los interistas y casi el adiós al "scudetto".
La presión del Roma se bastaba para romper al Inter. Pero a falta de juego colectivo, el Inter cuenta con excelentes individualidades. Y se agarró a ello en lo siete minutos, iniciando por el minuto 52: Di Biagio vio el desmarque de Vieri y le metió un preciso balón vertical en largo que el delantero, tras irse del veterano brasileño Aldair, no desaprovechó al batir por bajo a Pelizzoli.
Vieri disipaba antiguos fantasmas y volvía a meter en el partido al Inter. Y ello se reafirmó siete minutos después cuando Recoba (m.59), que estaba pasando más que desapercibido, se hizo con un balón en el borde del área y, entre rebotes y piernas de una defensa romanista ahora ingenua, se quedó solo ante Pelizzoli y le fusiló (2-1).
Capello rápidamente reforzó su delantera con la salida del Montella. Pero el partido ya tenía otra cara: la de un Inter crecido y que a base de esfuerzo físico intentó matar a un Roma ya corto de lucidez y con un Totti demasiado retrasado en busca de espacios donde organizar.
El equipo romanista, que sólo inquietaba al rival en acciones a balón parado, pudo haber encajado el 3-1 en un remate de cabeza a bocajarro de Vieri despejado milagrosamente por Pelizzoli (m.73).
Poco pudo hacer cuatro minutos después el meta romanista a un disparo de Emre, desde el borde del área, tras recoger un balón suelto. Curiosamente, el turco iba a ser cambiado pocos segundos antes.
Con el 3-1 y apenas un cuarto de hora por jugar, todo parecía sentenciado. No fue así. En sólo dos minutos, un autogol de Di Biagio (m.82) y un excelente toque de Montella (m.84), dio el inesperado empate al Roma.
El partido estaba roto, sin esquemas ni marcajes, el balón iba de un área a otra y cualquiera podía llevarse la victoria. Lo pudo conseguir el Roma, con un balón al palo de Montella (m.86); y también el Inter, con un disparo de Batistuta, apenas salido al campo, que también terminó con el balón en el palo (m.88).
Al final, todo se cerró con el empate, que deja tocado al Inter en su ilusión "scudetto" y posiblemente también moralmente para el partido europeo contra el Valencia.