AUGUSTA, EE.UU.- José María Olazábal se ha convertido en la apuesta española para optar al título del Masters de Augusta de golf, en sustitución de un decaído Sergio García una vez acabada hoy la segunda jornada, aplazada por falta de luz, y que presenta el liderato sólido del canadiense zurdo Mike Weir.
Olazábal está al par del campo, en el concurrido quinto puesto, después de firmar una meritoria segunda tarjeta bajo el par (71 golpes), mientras que García protagonizó un descenso sin paracaídas desde la segunda plaza, tras firmar 69, a la vigésimo cuarta, por sus 78 tiros de la segunda vuelta.
El vasco todavía se encuentra a 6 impactos del líder Weir, quien ha sido el único capaz de anotar dos registros bajo par (70 y 68) en un Augusta casi inabordable.
Tanta dificultad presenta el campo que Tiger Woods, número uno del mundo y que busca una inédita tercera Chaqueta Verde consecutiva, coqueteó con no superar el corte y sólo lo salvó al final por un golpe.
Atravesado el ecuador del Masters, Weir se ha consolidado en la cabeza con 138 golpes (6 bajo par). Le siguen el norirlandés Darren Clarke, segundo a 4 impactos, y el estadounidense y también zurdo Phil Mickelson, tercer clasificado a 5 tiros del líder pero empatado con el "amateur" Ricky Barnes, la revelación del torneo y compañero de partido de Tiger Woods, a quien ridiculizó sacándole 7 golpes en la primera vuelta.
Pese al adelantamiento por la izquierda de Weir, la tabla se presenta tan comprimida que los cinco hombres que comparten el quinto puesto, a 6 golpes del líder -Olazábal entre ellos-, aspiran a todo en este complicado Masters.
En esa situación, agazapados, con sobrada calidad y sin hacer ruido, como el vasco Olazábal, se encuentran el fiyiano Vijay Singh (campeón en 2000), los estadounidenses Toms y Faxon y el veterano escocés Paul Lawrie, campeón del Open Británico de 1999 y que supera su primer corte en Augusta.
En otro escalón inferior, con un golpe más, figura otro grupo no descartado de once hombres, entre ellos el surafricano Ernie Els, quien hoy presentó la mejor tarjeta (66 golpes) para redimirse de sus primeros 79 impactos.
En un Masters dominado por la distinta lateralidad de Weir y Mickelson, y la sorprendente eficacia del todavía jugador aficionado estadounidense Barnes, llama poderosamente la atención las dificultades de Tiger por mantenerse si quiera en juego.
El californiano acabó la primera ronda con 76 golpes sin "birdies", su peor anotación en el Masters como profesional. Seguidamente, tardó 5 hoyos más en lograr un "birdie", y en la reanudación matinal de hoy manifestó su precariedad con un doble "bogey", dos "bogeys" y un solitario "birdie" para firmar 73 impactos y rozar la eliminación.
Mientras Tiger consumaba su peor registro desde 1997 (año en el que se hizo profesional) en la dos primeras rondas del Masters, el castellonense Sergio García tiró por la borda su buen trabajo en los primeros 14 hoyos del torneo.
A partir de ese instante, García se vino abajo. Necesitó tres "putts" en los "greenes" del 9, 10 y 11, reanudó la segunda ronda sin "birdies" e incluso manchó su tarjeta con un "bogey" más en el último 18, para contrarrestar negativamente los 69 del primer recorrido con los 78 de hoy, que le colocan a 9 tiros de la cabeza.
García y Olazábal serán los únicos españoles de los cinco que comenzaron que compitan el fin de semana en Augusta. Severiano Ballesteros y Miguel Angel Jiménez se despidieron el viernes y el aficionado Alejandro Larrazábal consumó hoy su marcha.
Del dúo argentino en el Masters, formado por Angel Cabrera y Eduardo Romero, sólo el primero atravesó el corte, gracias a sus 71 impactos de hoy, sábado, que le colocan en el puesto vigésimo cuarto con 147 golpes, a 9 del líder.