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F-1: Ferrari y Williams quieren recuperar terreno en Imola

El circuito de Imola, en el que se disputará el cuarto Gran Premio de la temporada, puede venirles bien a los Ferrari y a los Williams-BMW, que ocuparon aquí los cuatro primeros puestos el año pasado, cuando ganó el mayor de los Schumacher.

17 de Abril de 2003 | 09:42 | EFE
IMOLA, Italia.- Los Ferrari del brasileño Rubens Barrichello y del alemán Michael Schumacher y los Williams-BMW del hermano del anterior, Ralf, y el colombiano Juan Pablo Montoya, buscarán su primer triunfo en el Mundial de Fórmula Uno, en San Marino, el primero en Europa, que se correrá este fin de semana.

Todos ellos se tienen que conformar, por el momento, con compartir el sexto puesto de la clasificación del Mundial, empatados a ocho puntos, después de un arranque de temporada en el que no han cubierto las expectativas.

El circuito de Imola, en el que se disputará el cuarto Gran Premio de la temporada, puede venirles bien a los Ferrari y a los Williams-BMW, que ocuparon aquí los cuatro primeros puestos el año pasado, cuando ganó el mayor de los Schumacher, quíntuple campeón mundial y que firmó la "pole", y su compañero Barrichello, que fue segundo, marcó la vuelta rápida, con nuevo récord (1:24.170).

Un año antes, Ralf -tercero en 2002- logró en Imola el primer triunfo de su carrera -lleva 4- y el primero del "binomio" Williams-BMW, que también buscará la gloria con Montoya -cuarto la temporada pasada y que se tuvo que retirar hace dos años, cuando iba quinto-, en un Gran Premio cuyos entrenamientos arrancan mañana.

El español Fernando Alonso (Renault R23), tercero en el Mundial tras haber acabado en ese puesto las dos últimas carreras, las de Malasia y Brasil, también será una de las atracciones del Gran Premio de San Marino.

Alonso, que en Malasia se convirtió en el más joven de la historia en firmar una "pole" en un Gran Premio de Fórmula Uno, afrontará su cuarta competición de la temporada con la confianza que le aportan unos resultados que superan lo esperado.

El español fue involuntario protagonista de la suspensión de la última prueba, en Sao Paulo (Brasil), carrera accidentada y marcada por las lluvias torrenciales que cayeron sobre el circuito de Interlagos, al chocar contra la valla de protección.

La prueba brasileña concluyó con Alonso hospitalizado y sin poder subir a un podio en el que el finlandés Kimi Raikkonen (McLaren Mercedes) ocupó el puesto más alto y al que el italiano Giancarlo Fisichella (Jordan), que se creía ganador, subió como segundo.

Sólo cinco días después, atendiendo la reclamación de la escudería que dirige Eddie Jordan, la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) anunció que el vencedor del GP de Brasil había sido Fisichella, al demostrarse que éste había iniciado la vuelta 56 en el momento de la suspensión y por tanto, la clasificación final debía ser la que figuraba dos giros antes, en la 54 -y no en la 53-.

Este cambio no afectó a Alonso, pero sí a Webber y a Ralf Schumacher, que intercambiaron séptimo y noveno puesto, en beneficio del alemán y en detrimento del australiano.

El español mantuvo el tercer puesto y ocupa la tercera plaza en el Mundial, con catorce puntos, por detrás de los dos pilotos de McLaren: Raikkonen, ganador en Malasia, que lidera con 24; y el escocés David Coulthard, que suma sólo un punto más que el piloto del Principado de Asturias.

Fisichella es cuarto, con diez puntos, uno más que el italiano Jarno Trulli, compañero de Alonso en Renault, única escudería cuyos dos pilotos han acabado siempre entre los puntos en el Mundial 2003.

Mañana en la línea de meta del autódromo italiano Raikkonen y Fisichella intercambiarán sus trofeos, en un acto en el que también será homenajeado oficialmente el español, que agradeció al nuevo sistema de fijación del casco no haber sufrido ninguna lesión en Interlagos, en donde, entre otros, no concluyeron ni Schumacher, ni Montoya, ni Barrichello.

El cuarto Gran Premio del Mundial se correrá en el autódromo "Enzo y Dino Ferrari" de Imola, de 4.933 metros, al que se darán 62 vueltas en sentido inverso a las manecillas del reloj (es el único circuito del Mundial, junto al de Interlagos, en el que se circula de esta forma), para completar un recorrido total de 305,609 kilómetros.

Con el permiso del obispo de Imola, Tommaso Ghirelli, que puso el grito en el cielo cuando se enteró de que iban a rugir los motores el Domingo de Resurrección, se oficiará ese día una misa en el circuito.
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