MADRID.- El presunto ocultamiento del doping del multicampeón olímpico Carl Lewis y de otros importantes atletas estadounidenses durante los Juegos de Seúl '88, entró hoy en una fase de confusión.
Mientras el Comité Olímpico Internacional (COI) enfatizaba que sólo quiere "más información" sobre el caso y la IAAF filtraba documentos que limpiarían la imagen de los estadounidenses, el jefe de la Agencia Mundial Antidoping (WADA), Richard Pound, reivindicaba la necesidad de una "investigación independiente".
Jeff Benz, consejero general del Comité Olímpico de Estados Unidos (USOC), mantuvo hoy en Madrid una reunión con el comité ejecutivo del COI para tratar el caso que se convirtió en escándalo al conocerse el mes pasado.
Según Wade Exum, responsable de los controles antidoping del USOC entre 1988 y 2000, más de un centenar de atletas estadounidenses dieron positivo durante esos años sin ser sancionados. Diecinueve de ellos ganaron medallas olímpicas, entre ellos Lewis, considerado el atleta más grande del siglo XX y símbolo durante su carrera del "juego limpio" en el deporte.
Lewis obtuvo el oro olímpico en los 100 metros de Seúl '88 luego de que el COI descalificara al canadiense Ben Johnson, ganador de la prueba con un récord mundial de 9,79 segundos, por positivo de estanozolol. Tras las revelaciones de Exum, que aportó 33.000 páginas del USOC, la limpieza de muchos de los participantes en esa carrera y otras pruebas de Seúl quedó en duda.
Francois Carrard, director general del COI, destacó hoy que el organismo no trató "casos individuales" en su reunión con Benz. "Lo que le pedimos al USOC es más información sobre lo sucedido, entender mejor cómo funcionó el sistema, quién tomó las decisiones, si fue adecuado. Queremos entender más, pero no es una investigación", enfatizó.
Jacques Rogge, presidente del COI, enviará una carta al presidente interino del USOC, Bill Martin, "pidiendo más información específica".
Carrard fue muy cuidadoso e insistente en diferenciar el pedido de "información" del inicio de una "investigación", aunque dijo que la WADA está "en todo su derecho" de pedirla y encararla. La postura está en sintonía con datos que filtró la IAAF (Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo) el viernes a medios estadounidenses.
Protocolos de una reunión de la IAAF el 18 y 19 de septiembre de 1988 en Seúl establecían que las pruebas tomadas a ocho atletas en los "trials" (clasificaciones olímpicas estadounidenses) para Seúl no permitían hablar de un doping positivo. "El USOC anunció equivocadamente ocho positivos", dijo hace 15 años el sueco Arne Ljunqvist, jefe de la comisión médica de la IAAF.
Los tres presuntos dopings positivos de Lewis se produjeron precisamente en los "trials". El documento exonera expresamente a Lewis, Andre Phillips y John DeLoach -todos ganadores de oro en Seúl- de los cargos.
La IAAF se apresuró el viernes a expresar su "satisfacción" por que "todas las reglas" hayan sido respetadas, destacando que los niveles de efedrina o seudoefedrina encontrados estuvieron por debajo del límite a partir del cuál se los considera doping.
Pero Pound, que lucha con el COI y las federaciones deportivas internacionales por encontrar el lugar de la WADA mientras explora los límites de su poder, cree que el caso no está en absoluto cerrado.
"Si se mira los documentos, se advierte que se contradicen a sí mismos. Están inventando 15 años después del asunto lo que deberían haber hecho si hubieran pensado en el tema en el momento", atacó.
"La transparencia requiere independencia. Está muy claro que mucha gente piensa que los Estados Unidos ocultaron esto. Debe haber una investigación independiente", agregó.
Antes de dejar Madrid rumbo a Canadá el viernes, Pound había sido claro: "Nuestro trabajo es eliminar el doping del deporte. Ese es también el trabajo de las federaciones internacionales. Haremos exactamente lo que tengamos que hacer".