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Milan da buen golpe en la Copa Italia

Con una formación plagada de "suplentes", entre los que estaban Redondo, Rivaldo y Serginho, el cuadro milanista derrotó a Roma por 4-1 en el Olímpico.

20 de Mayo de 2003 | 17:09 | EFE
ROMA.- El Milan, con una excelente segunda mitad, se llevó un triunfo en terreno de la Roma, por 1-4, en la ida de la final de la Copa de Italia, que dejó prácticamente sentenciado su triunfo en una competición cuyo trofeo es el único que falta en sus vitrinas desde que Silvio Berlusconi compró el club.

Un triunfo milanista inesperado, pues se ha producido sin gran parte de sus habituales titulares y, sobre todo, tras un primer período donde fue a remolque del Roma, que se fue al descanso con ventaja. Luego, en la segunda mitad, llegó el festival goleador de un Milan que endosó cuatro tantos a su rival.

Viene, además, a romper la imbatibilidad del Roma en su estadio "Olímpico" en la actual edición de la Copa de Italia.

El técnico milanista Carlo Ancelotti, como estaba anunciado por aquello de la proximidad de la final de la Liga de Campeones, afrontó el partido sin siete de sus habituales titulares y dando entrada, entre otros, a Roque Junior, Laursen, Helveg, Brocchi, Fernando Redondo como "faro" del centro del campo, y a Serginho, Rivaldo y Tomasson.

Es decir, un "Milán B", aunque, eso sí, con algunos nombres de calidad que harían feliz a más de un equipo.

Fabio Capello, entrenador del Roma, en cambio, puso en liza a sus titulares ya que recuperó a su capitán y estrella Francesco Totti y al brasileño Cafú, ambos ausentes en los últimos encuentros por lesión.

Como era previsible el Milan intentó hacerse más con el control del balón, mientras que la presión, agresividad y velocidad las ponía Roma. Y también como podía vislumbrarse el encuentro resultó nervioso y ya de inicio contó con algún que otro roce entre los jugadores.

El mayor toque del Milan le hizo controlar los primeros minutos y gozar de la primera mejor ocasión para marcar. Se lo impidió el meta romanista Pellizoli con una espléndida intervención a disparo de Tomasson (m.10). Sería la única de toda la primera mitad.

Diez minutos después, con un Roma ya más metido en el partido, fue el meta milanista Abbiati quien evitaría el tanto local en un disparo colocado de Cassano. El equipo romanista había crecido, empujaba más y el Milan empezaba a sufrir, sobre todo ante la fuerte presión a que era sometido.

El sufrimiento del Milan aumentó en el minuto 28, cuando Totti, en saque directo central de falta alojó el balón en la meta visitante ante un Abbiati algo despistado por la potencia del punterazo del romanista.

Estaba claro que Roma sentía más el partido -la conquista del trofeo pasa por ser su tabla de salvación a una mala temporada- que un Milán con la mente y el espíritu en el partido decisivo de la Liga de Campeones que la semana próxima le enfrentará a Juventus Turín.

Además, en el Milan ni Redondo encontraba el ritmo justo ni Rivaldo, pese a esforzarse y bajar en búsqueda de balones, ponía la calidad ni peligrosidad que su equipo necesitaba para frenar la mayor tensión y fuerza de un rival que, fiel a su estilo, no quería tanto la posesión del esférico y sí la recuperación y rápida verticalización.

Pero todo cambió tras el descanso. Salió un Milan más vivo, que adelantó sus líneas y no esperó tanto a su rival. Ello le dio el dominio y le permitió acercarse con peligro ante la meta de un Roma que ya no ejercía la fuerte presión del período anterior.

Redondo y Ambrosini tocaban con mejor criterio en el centro del campo, mientras Serginho y Rivaldo estaban más móviles y entonados.

El partido cambió tanto que el Milan no sólo encontró el empate en un penal anotado por Serginho (m.61), por mano de Panucci, sino que prácticamente dejó la Copa ya en sus vitrinas con tantos casi consecutivos de Ambrosini (m.70), en remate de cabeza demasiado en solitario que dio en el pecho de Zebina y despistó a Pellizoli, y nuevamente de Serginho (m.72), al romper con velocidad la defensa local.

Roma estaba tan hundido como mudo su público, aunque en medio de los tantos milanistas pudo haberse adelantado en el marcador en un disparo de Emerson (m.65) que terminó con el balón en el palo derecho o, tras el rechazo, en el consiguiente remate de cabeza de Panucci que paró Abbiati sobre la línea de meta.

La parte negativa para Ancelotti fue que tuvo que sustituir a Tomasson, por un problema en un hombro, saliendo Shevchenko.

Capello recibió poco después los silbidos del aficionado romanista que no entendió la sustitución de Cassano para dar entrada a un Delvecchio ya recuperado de su lesión.

Y Shevchenko (m.89), ante un Roma roto, puso la guinda casi al final con el cuarto tanto de su equipo. El equipo romano fue despedido con una sonora pitada por parte de una decepcionada afición que creía tener ya el trofeo en sus vitrinas. Los "suplentes" milanistas habían arrollado a los titulares romanistas.

En cambio, quien prácticamente lo tiene es el Milan, que no gana la Copa de Italia desde 1997, pues la vuelta del 31 de mayo, pase lo que pase en Old Trafford, no debe cambiar nada.
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