PARIS.- El chileno Marcelo Ríos es casi un ex tenista, pero está dispuesto a darse una última oportunidad antes de optar por el retiro definitivo.
"Tengo mi orgullo también. No puedo seguir como en el último año. O busco una salida para mi juego y las lesiones, pero no puedo arruinar mi nombre", admitió el ex número uno del mundo tras ser eliminado hoy en la primera ronda de Roland Garros por 6-1, 1-0 y abandono por el croata Mario Ancic.
Ríos viaja desde hace un año y medio sin entrenador, en un caso único en el circuito para un jugador de su nivel y antecedentes. Hoy es el número 42 del mundo, y la eliminación en Roland Garros implica una nueva frustración, ya que se trata del Grand Slam que todos los expertos pensaron que ganaría alguna vez, pero en el que su mejor resultado es el de cuartos de final de 1998 y 1999.
"Me estoy acostumbrando a las derrotas, no lo estoy pasando bien en la cancha", admitió Ríos, que casi no jugó en los últimos meses y dedicó hace pocas semanas tiempo para un crucero por el Caribe y para preparar su participación en la Copa del Mundo por Equipos.
El chileno abandonó por una contractura en su brazo izquierdo. Pese a haber integrado el equipo chileno que la semana pasada ganó en Düsseldorf, Ríos está hace tiempo lejos de su mejor forma y ganó un partido (a Gaudio) y perdió dos (con Behrend y Stepanek).
"Voy a ver si sigo o no, es mi última apuesta. La verdad es que no encuentro hoy algo que reemplace al tenis. Es mi decisión. Si hago una última apuesta tiene que ser con todo, con un entrenador, objetivos, con una buena pretemporada", concluyó el sudamericano.
