LA PAZ.- Nelson Acosta puede ir despidiéndose de sus ilusiones para encabezar a la selección de Bolivia en las próximas eliminatorias sudamericanas. La derrota del combinado altiplánico por 4-0 ante su símil de Portugal, desató un verdadero terremoto respecto del futuro del fútbol de ese país.
El presidente de la Federación de Fútbol Boliviano (FBF), Walter Castedo, reconoció el rechazo del gobierno a la petición de 300 mil dólares destinados a la contratación de un estratega extranjero. Los directivos habían conversado con dos mundialistas uruguayos. Nelson Acosta y Víctor Púa.
"Aunque me maten no voy a firmar un contrato que no pueda cumplir, a mí no me van a meter preso por no pagar", advirtió Castedo, a quien Acosta debía contestar una propuesta económica que fue entregada la semana pasada.
El terremoto
Ante la goleada de ayer en Lisboa, el vicepresidente del gobierno, Carlos Mesa, aseguró que "Bolivia dando un lamentable espectáculo y está de buen tamaño que las cosas estén así".
Estas palabras se sumaron a los numerosos llamados para desconocer la autoridad de la federación y tomar decisiones en forma independiente.
La Asociación de Fútbol de La Paz pidió la renuncia de Castedo, miembro prominente de la dirigencia deportiva de Santa Cruz (este) y retiró su apoyo su hombre de confianza, el secretario general de la FBF, Mario Reinoso.
La situación pareció agudizarse después de que los clubes Bolívar y The Strongest exigieron tomar por su cuenta la conducción de la selección de fútbol, ante la "inermidad" de la administración de la FBF.
El vicecampeón Oriente Petrolero anunció su decisión de sumarse a la cruzada para "salvar" al "equipo de todos los bolivianos" y desplazar al "antiguo régimen".
La crisis llevó al otrora goleador William Ramallo, hoy dirigente del amateur en Cochabamba, a pedir el cargo de Castedo. "Me hago cargo con otros que sepan del tema, Hagámoslo con gente que sabe", dijo luego de apoyar a su ex compañero de selección que clasificó al Mundial de Estados Unidos (1994), el recientemente designado entrenador del Boavista lusitano, Erwin "Platiní" Sánchez.
En medio del estremecimiento, Sánchez vaticinó su candidatura a la presidencia de la FBF y la de su amigo el también ex internacional boliviano, Marco "Diablo" Etcheverry, como seleccionador.