SAINT ETIENNE, Francia.- Turquía aprovechó los errores del rival para derrotar por 2-1 a la selección colombiana y repetir el tercer puesto, un año después del Mundial, en la Copa de las Confederaciones.
El equipo que dirige Senol Gunes, que alineó a siete jugadores menores de 24 años, no necesitó más que sacar ventaja de un fallo al comienzo del partido y otro en el tramo final, para acabar con la ilusión de subir al podio de la selección colombiana.
No hay remedio. Esta selección colombiana de Francisco Maturana necesita estar presionada para jugar y, sólo así, cuando ya ha dado ventaja al rival, recuerda todo lo que ensayó previamente, lo que le dijo el técnico antes de comenzar el partido.
Contra, Francia, Nueva Zelanda y Camerún necesitó encajar un gol para reaccionar y ante Japón se despertó cuando un disparo rival dio en un poste. Sólo cuando se siente en desventaja, trata de imponer su juego y frente a Turquía no cambió, al revés, aceleró esa angustia.
Dijo Maturana que el partido por el tercer puesto debía ser para divertirse, pero a Colombia no le dio tiempo, porque tras 105 segundos había encajado un gol.
Fue un error del meta Oscar Córdoba, que dio el balón a un rival al despejar con el pie y que Jorge López, en su intento por recuperarlo con la cabeza, convirtió en un pase de gol. Un regalo que Tuncay Sanli, una de las revelaciones del torneo, no desaprovechó.
Otra vez el marcador en contra, otro muro que escalar frente a un equipo que se cierra y busca el contragolpe y, de nuevo, la reacción colombiana, que llegó a encerrar a su rival en el área, pero que siguió sin concretar sus ocasiones.
En busca del empate, volvió a apostar Maturana por Arnulfo Valentierra, que sustituyó a Jorge López en el minuto 28, y pero el técnico se quedó antes del descanso sin Elson Becerra, retirado con un tirón muscular.
Pero fue Jairo Patiño, como contra Camerún, quien más claro tuvo cómo crear peligro, el que imprimió carácter a un equipo falto de liderazgo, que, no obstante, pudo lograr el empate en un par de remates de Mario Yepes, antes del descanso.
Empujada por el ánimo de Patiño y por la velocidad de Eudalio Arriaga, la selección colombiana jugó toda la segunda parte en campo turco, pero volvió a echar en falta el acierto de Víctor Aristizábal, el que le convirtió en el máximo goleador de la Copa América y en artillero de la Liga brasileña.
Obsesionado y nervioso, a Aristizábal se le ha cerrado el arco y, todos sus disparos, tenga o no oposición, rebotan en el guardameta (m.77) o se estrellan contra un poste (m.49).
Jugó, sin embargo, Colombia a favor de corriente, encontró la forma la forma de explotar la banda derecha con Arriaga y, sobre todo, comenzó a ganar protagonismo Giovanni Hernández.
El "Príncipe" volvió a ser decisivo y, en el minuto 63, culminó con calidad una gran jugada que comenzó Gonzalo Martínez, prolongó Aristizábal al centro del área y remató Hernández con el pie opuesto al que había hecho el control.
El empate de Hernández, su tercer gol en cinco partidos, abrió el encuentro porque la selección turca no pensó solo en defenderse y el equipo de Maturana fue ambicioso en busca del triunfo y eso terminó por bajarle del podio.
Fue otra jugada de fuerza de Gonzalo Martínez, con una factura parecida a la que le había dado el gol a Colombia, pero que esta vez murió al borde del área turca. Acto seguido, el equipo de Gunes aprovechó la ausencia del lateral para montar un contragolpe que culminó Okan Yilmaz.
Fue un duro revés para un conjunto que se marcha de Francia con un sabor agridulce. Convencido de que tiene una base con la que trabajar en un futuro, pero también, de que sus propios errores han limitado su progresión.
