LONDRES.- La estadounidense Lindsay Davenport, que deberá pasar por el quirófano en noviembre, ha insinuado que el partido de cuartos de final que disputó y perdió contra su compatriota Venus Williams por 6-2, 2-6 y 6-1, podría haber sido el último encuentro en Wimbledon.
Davenport, campeona del Abierto de Estados Unidos en 1998 y en 2000, y de Wimbledon en 1999, padece de dos lesiones, una en la rodilla y un neuroma en el pie que, además de causarle un intenso dolor cada vez que sale a la pista, le han obligado a plantearse su carrera "torneo a torneo".
"Veré cómo me va el verano, cómo me aguanta el pie y simplemente lo afrontaré torneo a torneo", explicó la norteamericana que, de momento, trata de aliviar los dolores con inyecciones de cortisona.
Davenport tampoco pudo aclarar si pensaba regresar a la competición de hierba el próximo año. "Ya veremos", dijo, "no estoy segura", y matizó que pese a que sus problemas físicos podrían ser una traba para su regreso, de momento "no hay absolutamente ninguna decisión tomada" aunque aseguró que no quiere "sacar las cosas de quicio".
No obstante, sí remarcó que pretende completar esta temporada, "especialmente, jugando el US Open, y también los dobles, con los que pensamos jugar los Masters (en noviembre)", a menos que tuviese que someterse a la operación antes de lo previsto.
En cuanto a la rehabilitación, Davenport anticipó que el período de recuperación, tras la intervención médica, podría llevarle de cuatro a ocho semanas.