LONDRES.- El australiano Mark Philippoussis y el suizo Roger Federer impusieron la ley de su saque para alcanzar por primera vez en su carrera la final del torneo de Wimbledon.
En dos finales en las que hubo demasiadas similitudes, marcador, tiempo, e incluso puntos de ruptura, "Scud" y "Federer Express" liquidaron a sus rivales en un ejercicio pleno de aciertos, sin ceder ni una sola vez su servicio, y anulando ambos los dos únicas ocasiones que tuvieron para perder su saque.
Philippoussis se impuso al francés Sebastien Grosjean, verdugo de Juan Carlos Ferrero y de Tim Henman, por 7-6(3), 6-3 y 6-3, en una hora y 56 minutos; Federer, que había derrotado a Feliciano López y al holandés Sjeng Schalken, doblegó a Andy Roddick, por 7-6(6), 6-3 y 6-3, en 13 minutos menos.
Los dos lucharán el domingo por el título, y por el primer premio de 805.000 euros, sabiendo Federer que ha vencido al australiano en las tres veces en las que se han enfrentado.
Federer es un jugador de gran talento, de formidable saque, ya que hoy hizo 17 "aces" y 34 puntos en total, de un revés liftado impecable, que convirtió en pesadilla el sueño de Roddick.
El suizo, que había tenido problemas en su espalda contra Feliciano, apenas notó esa molestia. Como Philippoussis, su partido fue impecable, con un 83 por ciento de efectividad con el saque, pero con mayores notas de calidad en el juego desde el fondo.
Rápido, convencido de que podía convertirse en el primer suizo que alcanzaba la final, tampoco dejó escapar una vez su saque. Y aprovechó la primera oportunidad para robar el de Roddick, algo que haría en cuatro ocasiones.
Para Federer significó hacer realidad un sueño. "Siempre veía las finales de Wimbledon por televisión, es mi torneo", dijo el hombre que logró detener aquí a Pete Sampras en el 2001.
Ahora puede presumir de ser el primer suizo que alcanza la final de Wimbledon. Ha desbancado incluso a la gran referencia helvética, Marc Rosset, campeón olímpico en Barcelona '92 y semifinalista en Roland Garros '96.