SANTIAGO.- Poco a poco comienza a aclarar el cielo para Iván Zamorano. A la resolución de postergar su retiro esta vez se sumó una bendita omisión de Colo Colo y la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP).
Si bien las bases de las competencias oficiales no contemplan qué sucede con la suspensión vigente de un jugador que carece de contrato con algún equipo, el secretario del ente rector, Carlos Toro, observó que "existe la posibilidad de interpretar que los partidos se cumplan aunque no esté en ningún club, ya que nadie estaría dispuesto a contratar a un jugador con una sanción extensa aún vigente".
El funcionario citó el ejemplo del defensor Héctor Toledo, sancionado a 30 partidos de suspensión luego de golpear al juez René de la Rosa en una visita de Lota a Deportes Arica, en 2002. Toledo finiquitó su contrato, pero saldó su pena en cada uno de los partidos que Lota jugaba profesionalmente.
El predicamento, si bien está sujeto a que el Tribunal de Disciplina respalde la interpretación, permitiría que Iván Zamorano ya haya descontado uno de sus once partidos de sanción, considerando el duelo entre Colo Colo y Ovalle por la primera fase del Torneo Pre Copa Sudamericana.
Por angas o mangas
En segundo lugar, la ANFP no ha acusado recibo del finiquito de Zamorano, quien terminó contrato con Colo Colo. Sin la formalidad, el jugador permanece inscrito como jugador del club y, por ende, la reducción de la pena vuelve a cobrar validez desde el partido del pasado jueves.
Finalmente, resta esperar la apelación que el ariete o el club presentarán ante la Segunda Sala de Apelaciones del Tribunal, el cual podrá decidir la disminución, mantención o ampliación del periodo por el cual Zamorano ha sido inhabilitado.