VIENA.- A sus casi 36 años de edad el austríaco Thomas Muster, llamado a mediados de los años 90 "Tominator" por su dominio absoluto del tenis mundial sobre tierra batida, está a punto de regresar a las pistas, en el Championstours, el circuito de tenis senior, aunque no descarta volver también al tour profesional ATP.
Muster asegura que su reaparición en el tenis internacional no es un retorno, sino más bien el fin de unas largas vacaciones.
El descanso duró unos tres años y medio, en los que Muster se casó, fue padre de un hijo, se divorció, vivió en Australia, jugó al golf, voló en helicóptero, comió mucho, fumó, bebió y engordó hasta alcanzar los 99,5 kilos, 25 más que cuando era deportista activo.
"Creo que algo muy profundo dentro de mí se negó a superar esa barrera psicológica de los 100 kilos", dijo Muster en una reciente entrevista exclusiva con el diario vienés Kurier.
Durante su estadía en Australia, donde se casó con la actriz de televisión Jo Beth, el austríaco llegó a alejarse tanto del tenis, que ni siquiera sabía qué jugador estaba al frente del ránking mundial o quién había ganado el torneo de Wimbledon.
Después de rozar el centenar de kilos de peso las cosas cambiaron radicalmente: Muster fue al médico y éste pensó que el ex número uno del tenis mundial tenía una grave enfermedad, pues muy malos eran los resultados de sus análisis de sangre.
El campeón de Roland Garros 1995 se dedicó entonces a correr todos los días y en pocas semanas bajó siete kilos. Problema solucionado. "¿Pero para qué corro?", se preguntó Muster.
"Soy una persona que necesita un objetivo, y aunque sea correr una maratón. Así se me ocurrió la idea de ingresar al circuito senior", cuenta el austríaco.
"Al principio, los entrenamientos me costaban mucho. Después de 15 minutos sentía como mi rendimiento bajaba. Sin embargo, cada día estaba más entusiasmado y al final me di cuenta de que yo sólo puedo hacer las cosas al 100 por ciento o si no, las dejo. Para mí no existe el camino intermedio. Esa es mi debilidad", asegura.
Muster se entrena hoy como en los viejos tiempos: corre 15 kilómetros por la mañana, luego se encierra durante dos horas en un gimnasio en su localidad natal de Leibnitz, en el sur de Austria, y por la tarde se entrena duramente durante varias horas en una pista de tenis.
"Ya he jugado varios partidos con (el austríaco) Markus Hipfl y con (el italiano) Andrea Gaudenzi (ambos terminaron la "Carrera de los Campeones" el año pasado entre los primeros 100). Estoy a la misma altura que ellos", asegura un confiado Muster, que cumplirá 36 años el próximo 2 de octubre.
Para fomentar la motivación de nuevos talentos austríacos, la Asociación regional de tenis del Estado federado de Estiria le envía además todos los días un joven jugador de la primera división del tenis federado alpino para entrenarse con Muster, uno de los deportistas más exitosos de todos los tiempos en la república alpina.
"Poco a poco vuelvo a sentir, pensar y también parecer físicamente un deportista", comenta el tenista, quien ha bajado a 77,5 kilos de peso, muy cerca de los 75 que tenía cuando arrasaba en el tenis mundial en los años 90.
Pese a que los premios en los torneos de su época no fueran tan altos como los de hoy, Muster asegura que el trasfondo de su regreso al tenis no son problemas financieros.
"Tengo tanto dinero que me puedo tirar en una hamaca mientras mi capital sigue creciendo sin hacer nada. He asegurado mi futuro y el de los hijos de mis hijos. No existe ningún tipo de emergencia económica que me obligue a volver a jugar", afirma.
El próximo 12 de agosto Muster volverá a las pistas del tenis oficial, en el torneo Sénior de Graz (sur de Austria), en el que actuarán otras leyendas como los alemanes Boris Becker y Michael Stich, el francés Henri Leconte, el australiano Pat Cash, el ecuatoriano Andrés Gómez y el sueco Mats Wilander.
Muster quiere decidir sobre su retorno al circuito ATP, en otoño de este año, después de sus primeros pasos en los torneos sénior.
"El regreso a la ATP es un objetivo, una visión. Normalmente uno necesita tres veces el tiempo que estuvo fuera para lograr volver a donde estaba. En mi caso, con casi 36 años y después de tres años sin hacer nada, no puedo esperar tanto tiempo", señala.
"Por eso, debo superar esta ley no escrita con un esfuerzo diez veces superior. No puedo y quiero permitirme un sólo día sin ejercicio", asegura Muster, ganador de un total de 44 torneos del circuito ATP y número uno del mundo durante una semana en febrero de 1996.