BUENOS AIRES.- River Plate, actual campeón del fútbol argentino, le abrió las puertas de par en par al chileno Marcelo Salas, quien tuvo un estupendo paso por ese club donde lo recuerdan con mucho cariño.
"No es fácil, pero es posible", dijo el dirigente de River Mario Israel al referirse a la vuelta de Salas, quien está en conflicto con su actual club, el Juventus de Italia.
"Salas sigue siendo un sueño y haremos todo lo posible para que esté con nosotros", agregó Israel el martes por la noche en un programa de televisión partidario de River.
Israel, hombre fuerte de la dirigencia riverplatense, destacó que "hace ocho meses que estamos trabajando en el tema; en las próximas horas el pase se puede resolver".
La novedad cayó como una bomba en los medios deportivos. "Salas ya es un sueño posible", titula Olé, quien le dedica al artillero su tapa y dos páginas interiores recordando la trayectoria de el "Matador".
Crónica titula: "Chileeeno, chileeeno...Podría regresar Salas y en River ensayan el cantito".
Según Diario Popular, "El Matador Salas cerca del regreso. Mañana sería jugador de River".
Salas, quien se encuentra en Chile, está en conflicto con el Juventus que desea transferirlo, ante la negativa del jugador que, tocado en su orgullo y en su bolsillo, se resiste a ir a un equipo de menor nivel. Salas no rindió lo esperado en Juventus, equipo al que fue luego de un buen paso por Lazio.
Olé conjetura que Salas accedería ir gustoso a River ya que siempre expresó ese deseo, aún resignando dinero.
"Como está separado de su mujer (que vive en Chile), pretende estar lo más cerca posible de sus hijos", dice Olé. "Y como los hinchas de River jamás lo olvidan, para él sería un placer estar en un ambiente cálido como el estadio Monumental".
Salas, de 27 años, ganó con River tres campeonatos argentinos y la Supercopa. Desde su llegada en 1966 hasta su partida dos años después jugó 68 partidos y metió 31 goles, algunos de ellos inolvidables como los dos al Sao Paulo de Brasil en la final de la Supercopa de 1997.
River lo vendió al Lazio en 21 millones de dólares, unas siete veces más de lo que desembolsó a un empresario que previamente compró su pase a la Universidad de Chile.