HUNGARORING.- El colombiano Juan Pablo Montoya (Williams-BMW), erigido en el gran animador del Mundial 2003 de Fórmula Uno tras ganar el último Gran Premio, el de Alemania, atacará este fin de semana el liderato del alemán Michael Schumacher (Ferrari), en la prueba que se disputará en la calurosa Hungría.
Schumacher, que busca un sexto título sin precedentes -ganó en 1994 y 1995 y se anotó los tres últimos campeonatos- que rompería a su favor el empate que le une al mítico Juan Manuel Fangio, que logró cinco triunfos globales para Argentina, lidera con bastantes más problemas de los que tuvo la pasada temporada, en la que impuso su autoridad de forma casi despótica.
En Hockenheim, Montoya se "paseó" y logró una victoria que ha animado un campeonato que se "calentó" más aún gracias al reventón de neumático que bajó a "Schumi" del segundo al séptimo puesto final ante su público.
Ahora el alemán lidera con 71 puntos, sólo seis más que el de Bogotá, que desde su victoria en Mónaco nunca ha dejado de subir al podio y que en Hockenheim se exhibió, al lograr, aparte del triunfo, la "pole" y la vuelta rápida de la prueba.
Entre sus triunfos en Montecarlo y Alemania, el bogotano -que el próximo 20 de septiembre cumplirá 28 años- ha sido tercero en Canadá y segundo en los Grandes Premios de Europa (disputado en el circuito alemán de Nürburgring), Francia y Gran Bretaña.
Junto a su compañero de escudería, el alemán Ralf Schumacher -cuarto en la general, con 53 puntos, nueve menos que el finlandés Kimi Raikkonen (McLaren Mercedes), que es tercero-, Montoya también ha añadido emoción al Mundial de constructores, en el que Williams-BMW se ha situado a sólo dos puntos de Ferrari, que comanda la clasificación de escuderías con un total de 120.
El "hermanísimo" ganó en Nürburgring y en la pista francesa de Magny Cours, en sendos dobletes del equipo del propulsor bávaro, que el colombiano podría abandonar a final de 2004 para fichar por McLaren si se confirman los cada vez más intensos rumores de cambio.
Tras el "parón" vacacional de la F-1, en el que ha estado en Colombia y durante las últimas jornadas se ha preparado físicamente con dureza en Miami, Montoya afrontará la recta final del Mundial -después de Hungría quedan otras tres carreras: Monza (Italia), Indianápolis (EE.UU.) y Suzuka (Japón)- con la ilusión de superar los seis puntos de ventaja que le lleva el alemán y, de esta manera, convertirse en el primer piloto de ese país en proclamarse campeón del mundo en la categoría reina del motor.
En Hungaroring está previsto que el termómetro marque las altas temperaturas que se produjeron durante el sofocante Gran Premio de Alemania, algo que, sobre el papel, podría beneficiar de nuevo a los Williams-BMW, provistos de unos neumáticos Michelin cuyas prestaciones aumentan cuando el pavimento arde.
Y la pista húngara (de 4.384 metros, a la que se darán 70 vueltas el domingo), que ha sido modificada respecto al trazado del año pasado -la recta de meta, la más larga de todos los circuitos, se ha alargado y la primera curva es más lenta, convirtiéndose en uno de los escasos puntos en los que se podría adelantar-, podría también beneficiar a Montoya, ya que en requisitos aerodinámicos es muy parecida a Mónaco, donde Juan Pablo subió a lo más alto del podio.
En Hungría, donde dadas las características del trazado -es el circuito, junto a Mónaco, donde más difícil resulta adelantar- serán muy importantes las jornadas de clasificación de mañana y, en especial, la del sábado, se reanudará el Mundial más emocionante de los últimos años.
Sobre el papel, al ser un circuito que apenas se usa durante el resto del año, durante las jornadas de entrenamientos la pista estará más sucia para ir limpiándose progresivamente hasta el día de la carrera, el domingo, cuando se prevé que el piso tenga más agarre.
El último ganador en Hungría, donde se disputará por decimoctava vez un Gran Premio de F-1, fue el brasileño Rubens Barrichello, que se impuso el año pasado por delante de su compañero Michael Schumacher.
"Rubinho" es quinto en el Mundial, con 49 puntos, cinco más que el español Fernando Alonso (Renault). El asturiano buscará en la recta final del campeonato, un nuevo podio que le confirme como la gran revelación del año.
Alonso, de 22 años, ya ha superado de sobra las expectativas en su primera temporada "en serio" en la categoría reina del motor, en la que ya ha logrado tres podios -fue segundo en Barcelona y tercero en Malasia y Brasil- y otros tres cuartos puestos -en Canadá, Nürburgring (en Alemania, el GP. de Europa) y en la pista germana de Hockenheim-.
A ello, el asturiano añade otros dos hitos: haberse convertido en el piloto más joven de la historia en firmar una "pole" (primer puesto en la formación de salida), algo que logró en el circuito malayo de Sepang a los 21 años, siete meses y 21 días; y haber marcado la vuelta rápida en el Gran Premio de Canadá.
Aún puede intentar otra proeza: si se adjudica alguna de las carreras que quedan para la conclusión del Mundial, se convertiría en el más joven ganador desde la creación de la F-1.