HELSINKI.- La selección española, con un coraje propio de los grandes equipos, de las grandes gestas, le dio la vuelta a un 2-0 en contra ante la potente Argentina y se metió en la final gracias a un gol de oro marcado en el minuto 118 por Cesc.
El partido empezó con polémica. El árbitro del partido, el sueco Martin Hansson dio gol después de una jugada muy dudosa en la que el balón, antes de llegar a Biglia, dio toda la sensación de marcharse por la raya de fondo. Era el 1-0 para Argentina.
El conjunto de Juan Santisteban empezaba de la peor manera posible ante una selección que no había encajado un gol en todo el torneo.
Sin embargo, los españoles no se vinieron abajo y pusieron cerco a la meta del inmaculado Ustari. Primero con un remate a bocajarro de Xisco y luego con un disparo de Cesc desde fuera del área a punto estuvieron de empatar el partido.
Argentina seguía a lo suyo. Todo un muro. Muy fuerte atrás, con oficio y sabiendo en todo momento qué hacer, no se descompuso ante el empuje español. Esperaban su oportunidad y no la desaprovecharon. A los 31 minutos y tras un saque de esquina, Garay anotó un golazo de cabeza que ponía el encuentro casi imposible para España.
Pero tras la reanudación apareció la camiseta roja de España en estado puro. Esa selección a la que llaman la furia española saltó al frío césped del Toolo Stadiom de Finlandia y acobardó a Argentina. A los 48 minutos Cesc recortaba distancias y cinco minutos después un golazo de Jurado empataba el partido.
España había conseguido lo que no habían logrado las cuatro anteriores selecciones a las que se había enfrentado Argentina. Y no marcarles un gol, sino dos. Los chicos de Juan Santisteban eran huracán y sacaron de sus casillas a una selección especialista en este tipo de partidos.
De hecho, Cardozo fue expulsado tras cometer una falta cuando ya había visto anteriormente otra cartulina amarilla. Con uno menos en el terreno de juego, Argentina se echó atrás debido a la inferioridad numérica y la garra de los chicos de Santisteban, que gozaron de numerosas ocasiones para vencer.
Con Argentina encerrada en su área, el partido se fue a la prórroga y en ella apareció el de siempre en este Mundial, Cesc, que con un golazo en el minuto 118 metía a España en la final del Campeonato del Mundo en la que se enfrentará a Brasil. España lo logró con rabia, corazón, calidad y justicia.
ARGENTINA: Ustari; Ezequiel Garay, Alvarado, D’Alegre, Formica; Díaz, Biglia (Faulin min.51), Acevedo; Cardozo, Peirone, Colzera (Lagos min.71).
ESPAÑA: Mandaluniz; Ruz, Raúl Llorente (Arzo min.69), Sánchez, Francis; Cesc, Markel; Sisi, Jurado, Oskitz (David min.46); Xisco (Cases min.92).
Arbitro: Martin Hansson (SUE). Amonestó a los argentinos Colzera, Peirone y Diaz y a los españoles Cesc y Francis. Expulsó con doble amarilla al argentino Cardoz.