WASHINGTON.- La Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) abrirá mañana su temporada con una megafiesta en Washington en la que brillarán varias estrellas de la música estadounidense.
A unos centenares de metros de la Casa Blanca actuarán, entre otros, la estrella del pop Britney Spears, la banda de rock Aerosmith, la figura del rythm&blues Mary J. Blige y la diva del "soul" Aretha Franklin, que cantará el himno nacional.
Al término del concierto y tras diversos actos de homenaje comienza de inmediato la temporada número 84 de la NFL con el partido entre los Washington Redskins y los New York Jets.
El gigantismo apenas conoce límites. El concierto de estrellas en el centro de la capital estadounidense es el punto culminante de una fabulosa campaña de publicidad. En las últimas semanas la NFL gastó 35 millones de dólares en spots de radio y televisión, pancartas y anuncios.
La ofensiva de publicidad resulta un tanto sorprendente por lo aparentemente innecesaria, ya que el negocio en la NFL florece como nunca. Los partidos agotan las localidades en su inmensa mayoría y cada uno de los 32 equipos recibe de emisoras de televisón más de 70 millones por temporada sólo por los derechos de retransmisión.
La liga tomó además medidas, mediante rigurosas reglas entre las que se cuentan un límite máximo de presupuesto, lo que busca impedir que un equipo pueda dominar la NFL durante años.
El año pasado, por ejemplo, los Tampa Bay Buccaneers ganaron el título. Los piratas de Florida fueron el octavo campeón en los pasados nueve años, lo que habla bien del sistema.
Prácticamente todos los equipos están en condiciones de alcanzar una de las 12 plazas para los playoffs, y los aficionados se entusiasman cada año con el espectáculo. La ronda previa dura sólo 17 semanas, y cada equipo juega sólo ocho veces en casa.
Todo equipo cuenta con un mínimo de 53 jugadores, cuyo número puede ser aumentado a placer. La corta pero intensa fase de preparación se cobró ya las primeras víctimas. Dos jóvenes creadores de juego, Michael Vick (Atlanta Falcons) y Chad Pennigton (New York Jets), sufrieron graves lesiones y estarán alejados mucho tiempo del terreno de juego. Ambos "quarterbacks" son considerados como las dos futuras superestrellas de la NFL.
Nadie se juega con un pronóstico. Los expertos conceden las mismas chances a los Tampa Bay Buccaneers y a los St. Louis Rams. El ganador del Super Bowl 2003 presentará su equipo de lujo en el debut tras superar los problemas de lesiones: el "quarterback" Kurt Wraner y el "running back" Marshall Faulk son de los mejores en sus puestos, pero en el siempre cambiante y enloquecido mundo de la NFL eso puede que no signifique nada.
La hora de la verdad, el Super Bowl, llegará el 1 de febrero de 2004 en Houston, Texas.