NUEVA YORK.- Las belgas Kim Clijsters y Justine Henin-Hardenne echaron a perder anoche la fiesta estadounidense al vencer a las dos favoritas nacionales en las semifinales del Abierto de Tenis de Estados Unidos.
La segunda preclasificada Henin-Hardenne estuvo casi al borde de la derrota, pero terminó derrotando a Jennifer Capriati con marcador de 4-6, 7-5 y 7-6 en un partido de gran calidad y tensión.
El otro encuentro fue todo lo contrario: Clijsters demolió prácticamente por 6-2 y 6-3 a Lindsay Davenport en una sesión nocturna organizada para componer una semana de caóticos programas a causa de la lluvia.
"Estoy tan cansada. Acabo de dar todo lo que tengo e incluso casi pierdo", dijo Henin-Hardenne, quien prometió descansar lo suficiente para enfrentarse a Clijsters el sábado por la noche en la final.
Para Capriati, sin embargo, fue su tercer fracaso en las semifinales de un Abierto estadounidense. En 1991, Capriati estaba a dos puntos de la victoria frente a Monica Seles y terminó perdiendo.
El año pasado también cayó a última hora, pero el viernes todo aparentaba que lograría superar la "maldición" en su ciudad natal cuando en 11 ocasiones Henin-Hardenne estuvo a sólo dos puntos de la derrota.
Por su parte, Kim Clijsters señaló que "me sentí muy bien desde el principio, me sentí en grande, moviéndome bien en la pista" ante una rival que aspiraba a recuperar su corona de 1998.
"Hasta ahora he jugado con muy buenas jugadoras y las he ganado en dos sets, me doy un 100%" de posibilidades en la final, afirmó Clijsters, que nunca ha ganado un torneo del Grand Slam.
La preclasificada número uno deseaba enfrentar en la final a su compatriota Justine Henin-Hardenne, quien le arrebató el último Abierto de Francia.
"Espero una final belga, sería el mejor modo de difundir el nombre de nuestro país en todo el mundo", explicó. Y así será.