BUENOS AIRES.— Sin fútbol, suspendido por la violencia en las canchas, será un fin de semana distinto para los argentinos, acostumbrados a disfrutar de ese deporte que es el más popular en el país.
La sexta fecha del torneo Apertura debía disputarse entre el viernes y sábado, ya que el domingo no habrá actividad deportiva porque hay elecciones para renovar las máximas autoridades en la ciudad de Buenos Aires y en las provincias de Chaco, Jujuy y Santa Cruz.
Si no hay solución, tampoco se disputaría la séptima fecha prevista entre el 19 y 21 de setiembre.
La decisión de suspender el balompié, en todas sus categorías, fue tomada el martes por la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) a raíz de la decisión de un juez de prohibirle a la policía dar seguridad en los partidos que se disputen en la capital.
Un día antes, el juez Mariano Bergez le había ordenado a la Policía Federal no intervenir en la organización y seguridad de encuentros de fútbol que se disputaran únicamente en la ciudad de Buenos Aires, como respuesta a graves incidentes que el 1 de setiembre protagonizaron hinchas de Boca Juniors y Chacarita, con más de 60 heridos.
La AFA, entonces, optó por suspender todo el fútbol para evitar diferencias deportivas entre sus participantes. Por ejemplo, el líder Boca no podría haber jugado en su cancha, que tiene su sede en este ciudad, mientras que sí podrían haberlo hecho sus escoltas Colón, de la provincia de Santa Fe, e Independiente, de la vecina ciudad de Avellaneda.
El martes está prevista una reunión entre Bergez y el presidente de la AFA Julio Grondona y allí se resolvería si el fútbol sigue parado por una semana más o bien la pelota se pondría en movimiento el 19 de setiembre.
La medida de suspender el fútbol no alcanza a los partidos por la Copa Sudamericana.